Ascenso virtual del Real Betis

fútbol lLiga Adelante (38ª Jornada)

Está pendiente de la decisión de Apelación sobre un recurso del Granada

Una aficionada verdiblanca celebra el triunfo sobre el césped del estadio bético.
Antonio Gutiérrez / Sevilla

12 de mayo 2011 - 05:02

El Real Betis, con su victoria por 3-1, puso ayer casi los dos pies en Primera a falta de cuatro jornadas para la conclusión de la Liga, todo lo contrario que el Tenerife, al que sólo un milagro en forma de resultados muy favorables le impedirían descender a Segunda B. Se encontraron dos equipos con intereses contrapuestos, pues el local buscaba certificar que la próxima campaña estará entre los grandes del fútbol español y el visitante necesitaba ganar para mantener viva sus escasas opciones de no bajar.

No dio tiempo a verse con qué intención se iba a plantar el equipo insular ante un adversario motivado por su afición, ya que a los tres minutos el árbitro consideró penalti de Pablo Sicilia sobre Rubén Castro en una jugada en la que el delantero bético luchó en la línea de fondo y el defensor tinerfeño se confió en demasía para que la pelota se fuera a saque de puerta. El propio Rubén Castro transformó el penalti y, a los cuatro minutos, el Betis ya se puso con el marcador a favor ante un adversario que tardó en reaccionar al mazazo.

Los del técnico Pepe Mel dominaron con claridad y mantuvieron su intensidad ante una inocente defensa, por lo que una rápida y buena jugada de triangulación la culminó Salva Sevilla con el 2-0. Quiso el Tenerife, con todo ya perdido, mostrar algo de lo que tenía preparado y adelantó las líneas, hasta el punto de que el meta Casto sacó una mano para evitar que Mikel Alonso marcara.

La formación que dirige David Amaral tocó mejor en el centro del campo y el partido se equilibró y, con la aportación de Germán, quien finalmente salió de titular al lesionarse en el calentamiento Antonio Hidalgo, y así, a los 37 minutos, Julio Alvarez logró el 2-1 y minutos después Iriome estuvo cerca del empate, pero Casto volvió a intervenir con acierto.

Todo lo bueno que se hizo en la faceta de creación el Tenerife se desperdició en la defensa, que volvió a estar inocente para que el lateral derecho local Isidoro pusiera el 3-1 al borde del descanso. En la segunda parte, el Betis bajó su intensidad y el Tenerife tuvo mucho más tiempo el balón, pero con escasa mordiente.

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