Un Aspin sin gracia
La primera jornada pirenaica se salda con el triunfo de Cummings, tras un ataque lejano, y la nula batalla planteada por los favoritos de la general
Fuerza, veteranía y ambición fueron las armas del británico Steve Cummings (Dimension Data) para conquistar en solitario la primera etapa pirenaica disputada entre L'Isle-Jourdain y Lago de Payolle, en la que el belga Greg Van Avermaet (BMC) retuvo el jersey amarillo y los favoritos entraron al mismo tiempo el día que se vino abajo la pancarta de último kilómetro.
Cummings, de 35 años, ganó hace un año en Mende y volvió a levantar los brazos a su estilo, con un ataque lejano, esta vez en el ascenso al Aspin. La cuarta victoria de su equipo, la cuarta británica; que se une al triplete de Cavendish.
El ciclista de la escuadra sudafricana, el más fuerte de la escapada del día, entró junto al Lago de Payolle con 1.05 minutos de adelantó sobre el español Dani Navarro y el sudafricano Daryl Impey, y 2.14 sobre el italiano Vincenzo Nibali.
Van Avermaet cogió la fuga y defendió con uñas y dientes el maillot amarillo. Llego a tres minutos y saldrá de líder en la segunda etapa pirenaica. Los favoritos firmaron la tregua contra el viento y el calor. Subieron juntos el Aspin y llegaron a meta a ritmo de paseo tras un pintoresco incidente .
El arco que indica el último kilómetro se vino abajo al paso de los ciclistas. Por suerte es una estructura sin gran peso y no hubo que lamentar heridas reseñables.
Tampoco sufrió daños la general. Avermaet aventaja en 6.36 minutos al francés Julian Alaphilippe (Etixx) y en 6.38 a Alejandro Valverde (Movistar). Chris Froome, Nairo Quintana y Fabio Aru siguen a 6.42 y Contador, a 1.21 minutos de sus rivales directos.
El esperado estreno del tríptico pirenaico ofrecía un recorrido ondulado, sin grandes dificultades hasta el Aspin, el primer puerto de primera, con la cima a siete kilómetros de la inédita meta del Lago de Payolle. Un primer examen para los favoritos que quedó en un simple aperitivo que será recordado por el episodio del arco, no por la batalla en el camino.
La fuga del día fue multitudinaria: 29 corredores en una expedición que también incluía al líder Van Avermaet y a Nibali. La presencia del Tiburón incomodó a Sky y Movistar, que no se fiaban del siciliano a pesar de estar alejado en la general en 14 minutos.
Ambos equipos asumieron el gasto de la caza poniendo al frente a sus respectivas locomotoras. La ventaja del numeroso grupo fue cayendo hasta los cuatro minutos, momento en que Cummings salió del grupo con Dani Navarro, Duchesne y Breschel.
Con Nibali bajo control el grupo de favoritos subió a ritmo los 12 kilómetros del Aspin. Nadie atacó. Fuerzas que quedaron para la próxima cita. Quien sí atacó, y mucho, fue Cummings. El británico salió disparado en las primeras pendientes del Aspin y no se le volvió a ver el dorsal. Fue abriendo diferencias sobre todos los rivales. Coronó el puerto con un minuto de ventaja y se lanzó en el descenso imparable hacia la victoria.
Cummings, un ciclista procedente de la pista, fue campeón del Mundo de persecución en 2005 y subcampeón olímpico en 2004 junto a Wiggins. También dejó su sello en la Vuelta en 2013 ganando en Ferrol.
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