Del Bosque se gasta la herencia
El seleccionador multiplica los errores habidos ante Holanda al sacar del once a Xavi y abunda en sus cambios absurdos El estado físico del equipo exigía otros jugadores y retocar el estilo
Recogió de su predecesor un equipo ganador, campeón de Europa; y por ello, además, con la autoestima por las nubes; en él militaba una generación de futbolistas irrepetible y la edad media del grupo era la idónea para seguir creciendo. El aire soplaba de popa en los círculos mediáticos, en los aficionados... España se sentía orgullosa de un equipo que, encima, se reconoció en un estilo de juego como no existió otro.
No procede analizar si Luis Aragonés cantó ¡Eureka! un pelín por casualidad, sólo que fue el gran padre de este equipo y que dejó una herencia generosa. Del Bosque la recogió y, cómo no, la aprovechó. Lo contrario no hubiese sido explicable. Pero la gastó como un mal hijo. España vivió bien mientras hubo dinero con la suerte de que su buena vida no se la reprochó nadie, pero detrás de esos otros dos títulos se escondía una realidad que ayer en el mejor escenario posible afloró.
El salmantino sólo hizo cuidar el grupo, mejorar incluso el buen ambiente entre los jugadores, pero futbolísticamente no aportó nada, más bien al contrario. Ni falta que hacía. Xavi, Iniesta y compañía ganaban solos, se sobraban para manejar el cotarro sobre el césped. A España, en Sudáfrica y en Ucrania, no le hizo falta entrenador. En Brasil sí. Y fue cuando se dio cuenta que no lo tenía. Se había ido en 2008, falleció en 2014, como la selección.
Del Bosque confeccionó esta lista y se equivocó; él dispuso las alineaciones y fracasó; y con los cambios nunca mejoró nada. Pese a que en 2013 ya se atisbaran pelusas, se cruzó de brazos. Pecó de conservador cuando pudo hasta acoplar el estilo a futbolistas ya algo veteranos. Pero tampoco lo hizo. Y, ayer, de repente descabezó al equipo sin Xavi, la luz en la primera parte de España ante Holanda, lo único potable del torneo.
DEFENSA
Piqué era un problema, pero no el problema. Desde el minuto uno, se evidenció que las carencias físicas de Xabi Alonso y Busquets generaban casi el mismo peligro que la descoordinación defensiva mostrada frente a los holandeses fruto del inexistente trabajo de un entrenador.
España no sólo deja huecos y llega siempre tarde, sino que no presiona al rival. La agresividad que a veces caracterizó a este equipo se ha esfumado como todo lo demás.
ATAQUE
Azpilicueta no ha mejorado a Arbeloa en ataque y Jordi Alba es hoy una rémora. Si a ello se le suma la inexistencia de extremos, la parsimonia a la hora de mover la pelota y que ningún futbolista la pida al espacio, no se hace sino convertir a España en el equipo más previsible y fácil de defender del orbe mundial.
VIRTUDES
Aunque tarde, la regeneración va a llegar por obligación.
TALÓN DE AQUILES
En lo bueno, España es un equipo técnicamente homogéneo y, en lo malo, también han mostrado los futbolistas un nivel físico similar. Es seguro que éste ha primado sobre aquél, pero por encima de todo la selección no ha hallado un patrón táctico ni estratégico, justo lo que necesitan los equipos cuando no están fuertes. Justo el plus que otorga un buen entrenador.
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