Cesc y Messi, cómplices desde niños

Ambos mantienen intacta su conexión de juego al reencontrarse en el Barça nueve años después

Joaquín Cavanna (Dpa) / Madrid

19 de septiembre 2011 - 05:02

La misma complicidad que se respiraba en el ámbito escolar hoy brilla en el césped del Camp Nou: Lionel Messi y Cesc Fábregas, dos veteranos de la histórica generación del 87 del Barcelona, se perfilan ya como la gran baza del cuarto capítulo de la era Guardiola. El argentino y el español personifican el éxito del modelo de trabajo de la cantera del Barcelona a lo largo de las últimas décadas.

Nueve años después, ambos futbolistas volvieron a coincidir en un equipo y demostraron que la conexión futbolística permanece intacta, al margen de requerimientos tácticos de entrenadores, exigencias de clubes y demás.

"La memoria futbolística es algo que nunca se pierde", aseguró el propio Fábregas después de su segundo partido con el Barcelona. El ex mediocampista del Arsenal apenas necesitó un mes de trabajo oficial con su nuevo equipo para justificar sus palabras.

Messi y Fábregas condujeron el sábado al Barcelona hacia la aplastante goleada por 8-0 sobre el Osasuna. La Pulga se lució con un triplete y le concedió una asistencia a su socio, mientras que el catalán anotó un gol, le devolvió el favor al rosarino con otro pase de gol y hasta asistió a Villa en el séptimo tanto del Barcelona.

En poco más de un mes de temporada, Messi y Cesc expusieron una sintonía tan elogiable como increíble dentro del campo de juego. De hecho, las estadísticas explican que tres de los cuatro goles del español fueron producto de asistencias de Leo y que tres de los nueve tantos del argentino llegaron tras pases de Cesc.

"Messi es el mejor jugador que he visto nunca y creo que nunca vamos a ver otro jugador igual", valoró Fábregas. "Es un gustazo poder volver a compartir una cancha con él", replica Messi.

La simbiosis se remonta a inicios de la década pasada cuando ambos, junto a Piqué formaron en un equipo juvenil histórico. La categoría 87 o también llamada generación del taxi (porque todos llegaban en ese medio a los entrenamientos) aplastó al rival que se le cruzara por el camino y ya empezó a ganar tripletes en una misma temporada: en un año, aquel equipo, el Cadete B, ganó los títulos de Liga, campeonato español y campeonato de Cataluña.

"Comencé con nueve años con Piqué y Leo llegó cuando teníamos 12. Si en ese momento nos dicen que formaríamos parte un día del primer equipo del Barcelona, hubiéramos dicho que era imposible. Podía ser uno, o dos, ¿pero los tres?", recuerda Cesc, que compartía pupitre con Messi en el colegio y fue clave en su adaptación a Barcelona. "Pensábamos que era mudo y gracias a la Playstation descubrimos que hablaba", añade sobre Leo. Messi le devolvió la gentileza insistiendo en su fichaje. Su reunión no puede ser más fructífera.

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