Crea muchas ocasiones, aunque sufre con conjuntos que se le encierran
Las pequeñas dimensiones del campo de Cieza invalidaron la velocidad y los cambios de banda
Todos los miembros del Almería coincidieron en señalar las pequeñas dimensiones del campo de Cieza como el principal problema con el que se encontraron en el encuentro ante el Levante. Incluso el propio Alfonso García, nada más concluir el partido y mientras Ortiz Bernal recibía el trofeo de consolación, se acercó a la peculiar zona de prensa del recinto y comentó que percibía que todos los equipos se le están encerrando al Almería como manera de contrarrestar su fútbol. Salvando las diferencias, que las hay y muchas, como le pasó a España en el Mundial o como le ocurre a menudo al Barcelona.
Lo cierto es que los rojiblancos, futbolísticamente, han sido muy superiores a los equipos a los que se han enfrentado. Tampoco es menos cierto que, excepto Levante, todos son de categoría inferior. Sin embargo, la forma de jugar ha sido la misma ante un conjunto de Tercera que frente a uno de Primera, como fue el caso de los granotas: toque, posesión, velocidad y movimiento sin balón.
En el último partido, el único que ha perdido y el primero en el que se vio las caras con un equipo de Primera División, el Almería rayó a un buen nivel, pero no supo cómo meterle mano a un Levante que plantó el autobús bajo su portería. Juanma Lillo ha encontrado la horma de su zapato en los equipos que prefieren destruir antes que crear, que en el momento en el que consiguen un gol, se defienden como gato panza arriba. Y de ésos hay muchos.
Las escasas dimensiones del campo del Cieza provocaron que los cambios de banda, un muy buen recurso para oxigenar el juego, resultaran infructuosos. Era imposible sorprender a los laterales, que los repelían con facilidad con la cabeza y volvían a juntarse con sus centrales. Además, el Levante expuso una tela de araña en el centro del campo que sólo pudo romperse cuando Lillo puso juntos a Corona y Valeri, lo que implicó dejar la defensa con sólo tres hombres. Finalmente, Crusat y Piatti no pudieron explotar su velocidad ya que alcanzaban la línea de fondo en dos zancadas.
Aunque hablar a posteriori es muy fácil, al equipo le faltó algún chispazo de los que deciden los partidos, mejor puntería en los lanzamientos de falta o alguien que se atreviera a lanzar desde lejos. Calma, aún es pretemporada.
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