Cristiano espera a la vuelta de la esquina

Renta El Almería se mide al Celta en Balaídos con la ventaja del 2-0 obtenido en la ida y el premio de saber que el Real Madrid aguarda en octavos Esfuerzo Los rojiblancos se quedan en el norte para preparar allí el duelo liguero ante el Racing

Pellerano saluda a un seguidor al marcharse junto a Ulloa a vestuarios tras un entrenamiento.
Pellerano saluda a un seguidor al marcharse junto a Ulloa a vestuarios tras un entrenamiento.
Paco Gregorio / Almería

29 de noviembre 2012 - 05:02

Miércoles 12 de diciembre; día arriba, día abajo. Esa es la fecha en la que el Real Madrid rendirá visita en la ronda de ida de octavos de final al ganador de la eliminatoria de vuelta dieciseisavos que Celta de Vigo y UD Almería dirimen esta tarde (19:30 horas) en Balaídos, con ligera ventaja para los rojiblancos, que en el Mediterráneo se impusieron por 2-0 con goles de Jonathan y Abel Molinero.

El premio no es poca cosa, pues garantiza una inusitada exposición mediática, por no hablar del aguinaldo prenavideño en forma de taquilla para las arcas rojiblancas y el atractivo deportivo de enfrentarse al actual campeón liguero, por lo que ambos equipos saldrán a por todas.

La principal duda en las horas previas radicaba en ver si tanto Herrera como Gracia optaban por alineaciones similares, con los menos habituales, a las planteadas en el choque de ida, y parece ser que con algunas salvedades porque las lesiones obligan, tanto el catalán como el pamplonica van a continuar su apuesta por el once de la Copa.

En el caso del conjunto gallego, las novedades vienen impuestas en el eje de la zaga con la inclusión de Túñez y Cabral en el puesto del sancionado Jonathan Vila y el lesionado Samuel Llorca. El resto del equipo será muy parecido al que encajó el 2-0, con Sergio bajo palos, Jonny y Bellvís en los laterales, Álex López y Bustos en el doble pivote, De Lucas y Toni en los costados, Joan Tomás ejerciendo de enganche y el surcoreano Park en la punta de ataque.

A priori en el banquillo quedaría la perla celeste, Iago Aspas, junto a otros futbolistas de primer nivel como Oubiña, Bermejo o Krohn Deli, si bien Herrera tampoco ha facilitado convocatoria y el abanico de posibilidades está más abierto.

Tampoco ha querido descubrir sus cartas Javi Gracia, que se lleva al norte a todos sus futbolistas y solo se sabe que Pellerano y Corona no pueden entrar en la lista y que tal vez Christian se quede fuera al haber recibido el alta médica este martes y ser algo precipitada su reaparición. Aún tendría el navarro que realizar un descarte más para quedar en 18.

Diego García es fijo bajo palos. La trayectoria copera del meta asturiano está resultando inmaculada, dejando su portería a cero ante Murcia y Alcorcón, así como en la idea ante el Celta. En la zaga es de suponer que Mejía tenga descanso tras medirse al Murcia recién salido de unas molestias en el aductor, con lo que Marcelo Silva acompañaría a Trujillo como pareja de centrales y su compatriota Gunino entraría en el lateral diestro, manteniéndose Raúl García en el zurdo.

En el caso de que Gracia opte por conceder descanso a Verza con la vista puesta en El Sardinero, el doble pivote lo conformarán Casquero y el nigeriano Azeez, mientras que por delante formarían Aarón, Abel y Jonathan en lugar de Aleix, Calvo y Soriano.

Una vez más la incógnita se centra en discernir si será Ulloa o Charles quien ocupe la punta de ataque. El argentino anda mosqueado por su suplencia ante el Murcia, mientras el brasileño no cuajó un buen encuentro. Lo único claro es que quien juegue hoy seguramente vaya al banquillo el domingo.

En las filas del Celta confían en la solidez que está mostrando el equipo en su feudo, donde esta temporada solo ha perdido frente al Málaga en la jornada inaugural de la Liga BBVA, para remontar la eliminatoria. En lo que va de curso, los de Paco Herrera no han ganado ningún partido por 3-0, aunque sí lograron marcarle dos goles a Osasuna y otros dos al Sevilla sin encajar, resultado que forzaría la prórroga y, en su caso, la posterior tanda de penaltis.

90 minutos (120 si hubiera empate) y el Real Madrid en el horizonte tras medirse en casa al Lugo en caso de pasar, u olvidarse de la Copa y centrarse en la meta del ascenso. Balaídos decide.

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