De la Cruz toca el cielo
El vallesano conquista el Alto del Naranco y arrebata el maillot rojo a Quintana por 22 segundos Valverde y Contador mantienen sus distancias a la espera de la alta montaña
David de la Cruz (Etixx) abrió la cuenta española en la Vuelta con una heroica victoria en la novena etapa, disputada entre Cistierna y el Alto del Naranco y de 164,5 kilómetros de recorrido, tras la cual cumplió su sueño de vestir el maillot rojo.
El ciclista de Sabadell, de 27 años, fue el más fuerte entre el grupo de 12 corredores que formaron la fuga del día. A falta de 600 metros para el Alto del Naranco arrancó para dejar atrás y sin capacidad de reacción a Dries Devenyns (IAM), que no pudo evitar la victoria de un corredor soñador, ex atleta y que empezó a montar en bicicleta a los 18 años.
Fue una victoria trabajada, inesperada e increíble para un ciclista que acaba de renovar un año más con el Etixx. La forma de celebrarlo no pudo ser mejor, nada menos que desbancando del primer escalón del podio de la clasificación general a Nairo Quintana (Movistar), quien cruzó la línea de meta a 2.55 minutos junto al resto de favoritos. El colombiano ahora lo escolta en la general a 22 segundos, mientras que su compañero de equipo Alejandro Valverde se colocó a 41.
El trayecto entre Cistierna y el Monte del Naranco lo gobernaron 12 corredores con calidad suficiente para que cuajara la fuga. Junto a ellos se incrustaron De la Cruz (Etixx), el mejor clasificado a 2.46 del hasta ese momento líder, Luis León Sánchez (Astana) y Peio Bilbao (Caja Rural).
También Thomas de Gendt (Lotto) y Alexandre Geniez (FDJ), en pugna por los puntos de la montaña, así como otros corredores que quisieron pelear por un triunfo salvador para su equipo, como fue el caso de algunos aventureros del Cannondale.
Por delante restaban cinco puertos hasta la cima asturiana, a los pies de Oviedo. De Gendt, el ganador este año en el Mont Ventoux, coronó al frente del grupo el Puerto de San Isidro y en solitario el Alto de Santo Emiliano.
Luego se dejó cazar y volvió a sumar en el de San Tirso. El belga, que dejó que Geniez pescara los puntos en La Manzaneda, subió el podio a vestirse con el maillot de puntos azules. Un premio de consolación para un corredor siempre combativo.
Movistar controló la escapada en torno a los cuatro minutos, dando la cara en cabeza y pendiente de la subida al Naranco. Pero cuando quiso reaccionar, ya se estaban jugando la etapa De La Cruz y Devenyns, con el español al filo de hacerse con la roja. Ambos reventaron la fuga a nueve kilómetros de la cima.
Una subida de seis kilómetros al 6% con carga histórica. El estreno de su cima corrió a cargo de una leyenda, José Manuel Fuente, El Tarangu. Y el último en conquistarla fue Joaquim Purito Rodríguez, amigo, paisano y maestro de De la Cruz.
Como bien hubiera hecho Purito, el vallesano arrancó dentro del último kilómetro que conducía al santuario del ciclismo local, en cuyas cunetas se volvió a vivir la locura por este deporte.
Ya sin mirar atrás, faltaba el remate. Y De la Cruz no falló. Era su día, su momento. Levantó los brazos al aire. Atrás quedaron los recuerdos de fracturas de clavícula y otras desgracias que le han impedido desplegar su verdadero potencial.
La paciencia, a veces, tiene compensación. "Espero que sea el comienzo de una buena época", auguró poco después de cruzar la meta. Calidad tiene, labrada desde su debut profesional en 2010 en las filas del Caja Rural. Luego pasó por el Netapp y el Etixx le echó el ojo. Ahora le han prolongado el contrato una temporada más. Por algo será. De momento, es líder de la Vuelta.
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