Cumpleaños subida a un podium
Cristina Trejo Lao, que hoy cumple 16 años, se alza en Valladolid con la plata nacional y en Motril con el oro andaluz en lanzamiento de peso Lleva sólo un año practicando este deporte
Las velas que hoy sople Cristina Trejo van a ser las más felices de su vida. Academicamente, las notas han sido muy buenas; deportivamente, impresionantes. La almeriense comenzó hace año y medio a practicar el deporte en el a 7 de agosto, es subcampeona de España juvenil y campeona de Andalucía. Ahí es nada: unos quinientos días para aprender la normativa, las técnicas, la idiosincracia y los secretos de una modalidad que, sin saber que manejabas, te hace alcanzar la gloria a base de esfuerzo, de mucho esfuerzo.
Cristina no partía de cero. Era una buena deportista, que practicaba balonmano y artes marciales. Sin embargo, una lesión en el ligamento de su muñeca izquierda, la más utilizada, la tuvo seis meses en reposo absoluto y la obligó a colgar el balón y los tatamis. Para evitar que una deportista de su nivel se anquilosara, su profesor Antonio Zarauz la citó un buen día en el estadio y su sonrisa volvió a ser esa ambiciosa que mostraba en cada competición.
"Comencé a practicar diferentes modalidades del atletismo, velocidad, vallas, longitud..., pero en ninguna destacaba tanto como en lanzamiento de peso y de disco. Empecé con el gimnasio, fui cogiendo volumen y gané mucha fuerza. En los Campeonatos de España soy la más pequeña, pero eso me hace ser la más rápida al moverme en el círculo", que se ha convertido en su pequeño hogar en los estadios.
En enero de 2013 perdió el miedo y lanzó sus primeros pesos. Tan sólo un mes después, ya tenía la mínima de Andalucía y de España, lo que sirvió de banderazo de salida para que los primeros títulos comenzaran a llegar a sus vitrinas. Bronce en el nacional de invierno, plata en el autonómico en pista cubierta, récord de Almería, otra plata andaluza en este caso sub-20 (categoría superior a la suya), primera a nivel español con bola 4 (ella lanza con bola 3), hasta que en el pasado mes de julio se subió a lo más alto del podium en Motril el día 5 y al segundo escalón en Valladolid el día 20.
"Con tan solo un mes de práctica, ya tenía dos buenas marcas: quinta de Andalucía y décima de España. Veía tan altas y tan fuertes a mis rivales, que iba un poco cortada a las competiciones", hasta que llegó su primer metal y se vio capaz de plantarle cara a un deporte en el que se necesita algo más que fuerza bruta: "El 29 de junio del año pasado logré la medalla de bronce en el Campeonato de Andalucía que se celebró en Almería. Cuando me dieron la medalla, casi me pongo a llorar. Cuando sí que lloré fue en el Campeonato de España, no me dio tiempo ni a salir de la pista, corrí a abrazarme con Antonio [su entrenador] y me puse a llorar", recuerda con brillo en los ojos la joven almeriense.
Esas mismas lágrimas casi se le caen de rabia hace dos semanas en tierras pucelanas en el nacional, puesto que la plata pudo ser oro. "Uno de mis lanzamientos fue por encima de los 14, fue impresionante, escuché cómo parte del estadio se asombraba. Pero me desequilibré al final y pisé fuera del círculo. Fue una lástima, para mí esta plata sabe a oro", asegura cargada de optimismo antes de afrontar unas bien merecidas vacaciones en las que no quiere perder su envidiable forma física: "Ahora voy a descansar un poco, a ir a la playa, pero voy a seguir corriendo y haciendo flexiones porque en octubre tengo el Campeonato de España por Clubes Júnior".
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