Cumplidor, el apellido de Gunino

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Serio, como siempre, estuvo mucho más concentrado tácticamente que otras tardes La superioridad almeriense en el juego aéreo llegó gracias a sus centros y los de Christian

Fernando Soriano observa la piña que hacen sus compañeros para celebrar el 2-1 obra de Charles.
Fernando Soriano observa la piña que hacen sus compañeros para celebrar el 2-1 obra de Charles.
Pablo Laynez

21 de enero 2013 - 05:02

Con la filosofía de fútbol que tiene el Barcelona, los laterales rivales suelen sufrir porque no tienen una marca fija. Los extremos azulgranas se convierten en centrocampistas y lo mismo entran por la banda los carrileros, que son los delanteros los que caen para darle mayor verticalidad al juego. Sin nadie fijo a quien cubrir y siempre con la mosca detrás de la oreja en sus subidas porque el Barcelona descuelga a hombres a la hora de defender, los laterales tienen que hacer un despliegue físico importante.

Gunino no está siendo un fijo para Javi Gracia y sólo está jugando cuando Rafita no está en disposición de hacerlo. El uruguayo sabe cuál es su rol y lo acepta sin problemas. Es más, lejos de estar mosqueado con su suplencia, cumple como el que más. Y ayer lo hizo. El partido no parecía propicio para un hombre al que quizás le pueda faltar ritmo de juego, pero supo adecuarse a las circunstancias y no le permitió a los pupilos de Eusebio entrar con facilidad por el costado derecho.

Casualidades de la vida, la primera jugada de peligro del Almería vino después de que el uruguayo interviniera en el juego. Esteban, que suele buscar a los laterales cuando comienza las jugadas, abrió para Gunino, que peinó de primeras para que Soriano y Jonathan forzaran un saque de esquina. En ese mismo lanzamiento, el lateral cerró y cortó una jugada de peligro azulgrana. De hecho, era el último hombre siempre que el Almería buscaba alguna jugada de estrategia, a las que ayer pudo sacarle más partido.

Espinosa, que debió ser expulsado con el criterio tan riguroso que puso ayer Pino Zamorano, y Grimaldo subieron con mucho descaro por el costado zurdo azulgrana, pero se encontraron con un Gunino serio y un Jonathan muy trabajador, que ayudó en todo momento a su lateral. Hasta Deulofeu, que el año pasado hizo lo que quiso con Dani Bautista, sufrió la extrema concentración que tuvieron Gunino y Christian.

Conforme el Almería se fue haciendo dueño de la situación, Gunino se acercó al área de Masip. Antes del descanso puso un gran centro con rosca, que acabó en el palo tras tocar de cabeza Soriano. Nada más arrancar la segunda mitad, conectó un buen centro con la izquierda, pero no encontró rematador. Con 2-1 llegó la expulsión de Marcelo Silva y era el momento de replegarse.

Todo el Almería mostró un orden tremendo y cerró todas las líneas de ataque. Sólo una vez Espinosa le ganó en velocidad a Gunino, fruto del cansancio. Pero la mala suerte se alió con los rojiblancos y el derroche de Gunino, como el de sus compañeros, no encontró el mérito buscado.

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