La UD Almería está muy cerca de convertir en estratosférica la venta de Darwin Núñez al Benfica hace ahora dos veranos. Entonces, y tras solo una campaña como rojiblanco, la dirección deportiva unionista transfirió al delantero uruguayo al conjunto encarnado a cambio de 24 millones de euros, de aquellas (todavía hoy perdura) el mayor montante jamás ingresado por un equipo de Segunda División en una venta.

El potencial del ariete de Artigas ya era evidente tras su irrupción en el fútbol español y la UDA tuvo la cautela de guardarse el 10% de la plusvalía de una futura venta del jugador, algo que está a punto de producirse, ya que tiene mucho tirón en el fútbol inglés y el Liverpool de Jurgen Klopp bebe los vientos por sumarlo a sus filas para compensar la más que posible salida de Sadio Mané con una primera oferta de 80 millones de euros que, con las variables, podría dispararse a los 100.

En esa hipótesis el conjunto almeriense tendría un tope marcado de 10 millones de beneficio en virtud de una de las cláusulas firmadas por Rui Costa, jefe de operaciones del Benfica, y Mohamed El Assy, responsable de fichajes en la UDA, con el asesoramiento del portugués Joao Gonçalves, cerebro en la sombra.

Darwin ha cuajado una gran temporada con el Benfica

Traducido a números, de producirse el traspaso, el Almería habría obtenido un total de 34 millones por el mismo y un beneficio neto de 28 millones, al restar de la ecuación los 6 millones que costó en su día adquirirlo procedente del Peñarol de Monteviedo, cuando todo el mundo lo vio como una arriesgada apuesta. Entonces se pagaron 4 millones fijos y otros 2 más en conceptos variables, si bien el montante total estipulado no se dio al no cumplirse la premisa del ascenso a Primera.

Tras una primera temporada discreta, en la que se asentó en el fútbol luso, Darwin ha aprovechado este curso para explotar a nivel continental al lucirse con la participación de su equipo en la Champions League, en particular en el doble enfrentamiento ante el FC Barcelona. En el camino dejó a su compatriota Edgardo Lasalvia, su representante al cruzar el charco, para enrolarse con el superagente Jorge Mendes, que está cerca de procurarle el contrato de su vida a un futbolista que ha echado raíces en esta tierra (su pareja es almeriense y su primer hijo nació aquí). Sea Liverpool o cualquiera de los conjuntos interesados, el Almería sabe que la operación será un 'win-win' para sus arcas.

Con esos 10 millones de ingresos extraordinarios, por citar un ejemplo, el Almería habría cubierto el coste de la activación de las cláusulas de compra estipuladas por Pozo (3 millones), Robertone (3 por el 80% de su propiedad), Sadiq (3), Babic (1'1) y Eguaras (600.000). Por no recordar que los 28 millones de superávit en la operación Darwin habrían sufragado de largo el coste de la compra del club en agosto de 2019, cifrado en 20 millones de euros.