Primera parte para olvidar la disputada por el Almería en el Mediterráneo. Tal vez la peor en lo que va de temporada, con un equipo al que se vio en todo momento superado por un ordenado Racing e incluso desquiciado ante la impotencia de generar juego en la sala de máquinas.

El cambalache en el once inicial planteado por Guti ya presagiaba posible zozobra u otro arranque de genialidad del técnico. Una vez calado el melón salió lo primero, consecuencia lógica de desubicar a tanto futbolista (Petrovic volvía como central, Costas de lateral diestro dejando a Romera en el banquillo) o de confiar en recién llegados sin el necesario acoplamiento al equipo (Fran Villalba).

La cuestión es que el 1-4-3-3 (o 1-4-1-4-1, según se mire) dibujado sobre el terreno de juego no funcionó en ningún momento, particularmente porque De la Hoz no tenía ayudas para llevar el balón hasta el tridente ofensivo formado por Lazo, Appiah y Darwin. Ni Aguza ni Villalba supieron interpretar ese rol, pese a que el catalán acabó bajando a recibir para ayudar en la salida. 

Al final el recurso facilón fue enviarle balones en largo a Darwin Núñez para aprovechar la potente zancada del uruguayo, que a los cinco minutos dio una buena muestra yéndose de Buñuel en la banda con una facilidad pasmosa, aunque el lateral se recompuso cuando el charrúa pisaba ya el área para poder despejar. 

El Racing, mientras tanto, la movía con criterio y sus jugadores ocupaban los espacios con racionalidad. Además se reponía de la adversidad, pues su capitán Figueras tuvo que abandonar lesionado el campo a los diez minutos. El buen juego combinativo racinguista tuvo premio al cuarto de hora, cuando un balón aéreo colgado por Nando entre los centrales rojiblancos servía para que Cejudo batiese con un disparo zurdo y raso al meta Fernando. Maras y Petrovic fueron espectadores impasibles de la acción.

Imagen del tanto racinguista, con Fernando ya batido por Cejudo

Lo peor de todo es que no hubo reacción local. El primer tiro a puerta de los rojiblancos fue al borde de la media hora, con un chut de Appiah desde el perfil zurdo que no le generó problemas a Luca Zidane. Poco antes el propio Cejudo había avisado del 0-2 con un remate blando con el interior de la bota tras un pase atrás de Kitoko.

El Racing pudo contar incluso con un penalti por hipotético derribo de David Costas sobre Abraham Minero. La acción en vivo lo parecía, pero la revisión en el VAR demostraba que el lateral cántabro había golpeado directamente al césped, por lo que el colegiado anuló la pena máxima inicialmente concedida.

Mientras Vada y Juan Muñoz calentaban en banda para intentar cambiar el panorama en la segunda mitad, la afición indálica despedía a Guti con sonido de viento cuando el equipo enfiló el camino a vestuarios. 

Acometidas desordenadas

Sin mucho orden ni concierto, tirando más de amor propio y de las acometidas de Darwin, el Almería lo intentó en la segunda mitad. Aguza y Appiah se quedaron en el vestuario en favor de Vada y Juan Muñoz y lo cierto es que el sevillano aportó la mordiente que faltó durante el primer acto, pero sin acierto rematador en los metros finales.

El equipo tuvo más llegada al área cántabra en el segundo acto, pero sin disponer de ocasiones claras, más allá de un cabezazo de Maras que sacó con apuros abajo el meta Luca Zidane y alguna que otra intentona deslabazada de Juan Muñoz y Darwin Núñez haciendo la guerra por su cuenta, mientras el Racing defendía con cierta comodidad y dejaba pasar los minutos sin olvidarse de montar algún contragolpe con cierto peligro. 

La dura derrota ante el colista de la categoría pone el futuro de Guti en el alero atendiendo a las exigencias de la propiedad. El técnico madrileño ha sumado 22 puntos en 13 jornadas y todavía tendría un partido de margen para intentar mejorar los 24 puntos en 14 partidos que hizo el técnico luso Pedro Emanuel antes de ser destituido. El siguiente desplazamiento es al complicado feudo de El Alcoraz para medirse a la SD Huesca.