Natación

España se estrena en el dúo de sincronizada con la tercera mejor puntuación

  • Andrea Fuentes y Ona Carbonell se sitúan en la rutina técnica por detrás de las rusas y las chinas.

Una décima de punto es lo que ha separado al dúo español, formado por Andrea Fuentes y Ona Carbonell, del equipo chino, segundo en la clasificación, en la rutina técnica de natación sincronizada, lo que les da esperanzas de superar a las asiáticas en la clasificación final, en una competición dominada con holgura por la pareja rusa. Las españolas consiguieron 96 puntos y las chinas 96,1, una diferencia mínima teniendo en cuenta que el sorteo fue desfavorable a Fuentes y Carbonell -actuaron en segunda posición- y que los jueces, según opinión del equipo español, fueron más benevolentes con los errores de las asiáticas.

En todo caso, todo parece subsanable este lunes con el ejercicio libre, según el equipo técnico español. Fuentes y Carbonell se pasarán del zapateado al tango en el ejercicio libre con la idea de recortar esa mínima diferencia y situarse en segunda posición. A pesar de las quejas en la puntuación, el flamenco que bailaron Fuentes y Carbonell durante el ejercicio técnico en la piscina del Centro Acuático ha entusiasmado a los jueces y al público. Como era de esperar el dúo ruso, formado por Natalia Ischenko y Svetlana Romashina, se ha situado en cabeza con 98.200 puntos, 2,2 puntos más, mientras que la pareja china hizo valer su capacidad técnica para firmar 96,1 puntos con una sobria actuación.

Las españolas deslumbraron y ofrecieron una convincente actuación. Seguras y sin errores, después del ejercicio la entrenadora del equipo, Anna Tarrés, desveló que fue la mejor actuación desde que empezaron esta aventura con una nueva componente, Ona Carbonell. Vestidas con un elegante bañador blanco y negro, con lunares, emulando a los faralaes de los trajes flamencos, Fuentes y Carbonell ofrecieron una enérgica actuación. La apuesta de España ha vuelto a ser innovadora y para ello las nadadoras recibieron clases de flamenco por parte de Flora Albaicín, premio nacional de flamenco.

La técnica y el gesto, ejercicios en seco y su posterior traslado a la piscina. Horas y horas, la idea era sorprender con un zapateado acuático, una manera de seguir innovando en el mundo de la sincronizada, algo que competición a competición España ha repetido. A pesar de que España actuó en segunda posición, un inconveniente en este tipo de competiciones -"cuanto más tarde, más caliente está el jurado", según Tarrés-, la pareja española obtuvo una buena puntuación 96 (47,9 de ejecución y 48,1 de impresión general) y se sintió satisfecha con la misma.

Las rusas Ischenko y Romashina estuvieron perfectas. No llegan al nivel de excelencia que en su día marcaron las Anastasias, Anastasia Davydova y Anastasia Ermakova, pero al ritmo de They don't care about us de Michael Jackson firmaron con diferencia la mejor actuación de la tarde. Practican diez horas diarias, "porque más es físicamente imposible", según ha explicado Ischenko, y se sienten tan observadas por el resto de equipos que guardan celosamente su ejercicio: "Todas nos copian, así que entrenamos en secreto". La pareja china -Xuechen Huang y Ou Liu- ha pasado por delante de las españolas. Con un ejercicio muy sobrio, tuvieron suerte al nadar en antepenúltima posición.

Al término de la actuación, Carbonell, Fuentes y Tarrés estaban satisfechas de cómo había ido el día. Saben que una décima, en una situación desfavorable, es perfectamente remontable en el ejercicio libre. "El tango de este lunes es la bomba, ahí vamos a poner el broche", ha dicho Tarrés. La plata es el objetivo, la final el martes. 

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