Si para ser portero ya hay que estar hecho de una pasta especial por la especificidad de la posición, en el caso de asumir el rol de suplente hay que saber llevar bien la procesión por dentro. A Fernando le ha tocado desempeñar ese papel a la sombra de René Román durante dos temporadas completas en las que apenas apareció por las eliminatorias coperas y en algún que otro partido suelto de Liga.

Lo sorprendente es que el arquero murciano, la gran sorpresa en la alineación titular presentada por Guti ante el Numancia, no ha encajado un solo tanto en cinco de los seis partidos oficiales de Liga que ha disputado con la elástica rojiblanca, manteniendo además la portería a cero de forma consecutiva en sus últimas cinco apariciones, por lo que acumula 450 minutos sin recoger el balón del fondo de la red.

En su primera campaña en las filas unionistas, la 17-18, Fernando casi pasa inédito de no ser porque se puso bajo palos en la eliminatoria copera ante el Cádiz. La derrota por 1-0 en el Carranza, unida al gran estado de forma de René, impidió que el ex del UCAM debutase en el torneo de la regularidad.

Iba a hacerlo en el arranque del siguiente curso (18-19) debido a una sanción que el de El Bosque arrastraba de la campaña previa y casualmente fue ante el mismo rival (Cádiz), con idéntico escenario (Carranza) y resultado (1-0). Fran Fernández, no obstante, quiso premiar su trabajo en la sombra concediéndole los tres últimos duelos de la temporada, logrando mantener la portería a cero en todos ellos: Alcorcón, Las Palmas y Albacete.

450 minutos acumula Fernando sin recoger el balón del fondo de la red

A las órdenes del técnico almeriense también disputó tres rondas coperas frente al Málaga (1-2), Reus (3-1) e ida y vuelta ante el Villarreal (3-3 en el Mediterráneo y el borrón del 8-0 en La Cerámica con un equipo que entregó muy pronto la cuchara).

Dejando al margen la ‘mancha’ en el torneo del KO, este curso ya fue titular en La Rosaleda por lesión de René (0-1) y frente al Numancia por la valiente decisión técnica adoptada por Guti, que sacrificó a su capitán en el banquillo con la intención de mejorar la salida de balón desde atrás gracias al mejor juego con los pies de Fernando.

La apuesta le salió redonda al preparador madrileño, que lograba su primera victoria como entrenador profesional y al meta murciano, que cuajó una actuación sobresaliente para afianzarse en la titularidad.