La imagen ofrecida en el duelo ante el Fuenlabrada no va a caer en saco roto. Al menos eso es lo que pretende José Gomes, que esta mañana antes de la sesión preparatoria ha llevado a cabo una lección de pedagogía con sus futbolistas dentro del vestuario, de ahí que el inicio del entrenamiento se demorase más de lo habitual.
El punto de partido está claro, el técnico portugués no comprende que ante tres rivales de Primera División (Alavés, Osasuna y Sevilla) apenas encajaran un gol después de 310 minutos y solo llegara en una acción a balón parado (el materializado por Ocampos para los sevillistas) mientra que en el campeonato liguero encajan un tanto cada 112 minutos.
Para el preparador luso algo tiene que justificar esa diferencia y está convencido de que el motivo no es otro que la capacidad de estar concentrados al 100% a la hora de defender.
Por eso en la charla ha incidido en la necesidad de correr atrás veinte metros si es necesario para recuperar la posición y evitar generar espacios que luego el contrario pueda convertir en un disparo cómodo.
Ya en la rueda de prensa posterior al duelo en el Fernando Torres el preparador luso dejó caer que había visto detalles por pulir a nivel defensivo en la dupla Samú-Morlanes, que habitualmente se lleva todos los elogios por su capacidad para generar juego, y en eso se centra esta semana para evitar sorpresas ante Las Palmas de Pepe Mel, que ya sorprendió a los rojiblancos en el duelo de ida (2-0)
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