Definitivamente el Almería de Gutiérrez ha perdido el norte y es difícil que vuelva a encontrarlo con el técnico madrileño en el banquillo. El Guti jugador hizo fama con el '14' a la espalda y curiosamente aterrizó en Almería cumplida la jornada 14. También podría haber durado 14 partidos al frente del equipo. En esos 14 duelos ha dispuesto 14 alineaciones distintas y alcanzado el mismo número de partidos (14) que su precedesor en el cargo, Pedro Emanuel, no logrando mejorar sus números (24 puntos de uno por 22 del otro).

Si la propiedad entonces no se apiadó del luso, parece improbable que lo haga ahora con el de Torrejón, que pone su cargo en la picota con la pobre imagen dejada por su equipo en El Alcoraz. La primera parte resultó sencillamente para olvidar porque los rojiblancos dimitieron en bloque. Nadie presionaba al rival, nadie tiraba un desmarque para el compañero y nadie defendía con intensidad.

El resultado de tamaña distracción era previsible y se materializaba rebasado el ecuador del primer acto. Hasta ese momento la autopista del Almería había estado en la banda izquierda, con un Jonathan Silva incapaz de frenar las acometidas de Pedro López y Raba por su costado. Resulta paradójico que Guti prescindiera de Iván Martos, el jugador más usado del plantel, para jugar ante uno de los rivales más fuertes de la categoría, optando en su lugar por el brasileño sin estar arropado por una zaga con tres centrales para poder explotar su carril.

El centro del campo rojiblanco tampoco carburaba. La pareja Kaptoum-Petrovic hacía aguas tanto en la generación de juego como en la destrucción y el equipo lo acusaba en demasía, pues la zaga se quedaba sin ayudas y tampoco nutría de balones a la delantera. Una calamidad difícil de entender salvo por la desquiciante falta de actitud de los jugadores sobre el terreno de juego y la pasmosa inercia de Guti en el banquillo.

El gol era cuestión de tiempo y llegó en el 23', curiosamente por el costado defendido por Romera, donde Ferreiro encontró un agujero por el que colarse. Fruto de una de sus internadas y tras varios recortes y amagos a la altura del vértice del área, sacaba un centro para que el japonés Okazaki, en un plástico escorzo ante la pasmosa pasividad de David Costas en la marca, sorprendiera con un cabezazo al debutante Sivera (¿en serio era necesaria la suplencia de Fernando?), que nada pudo hacer pese a su buena estirada.

Jonathan Silva también volvió al once sin demasiado fuste

En plena zozobra visitante llegaba el 2-0 en otra acción bastante parecida. Esta vez Ferreiro apuró la línea de fondo y puso un balón atrás para Mikel Rico, que dentro del área tuvo tiempo de acomodarse el esférico para luego cruzar un buen disparo, poniéndosela imposible a Sivera.

Solo con dos tantos en contra mostró el Almería atisbo de reacción. Fue a balón parado en una falta directa lanzada desde 30 metros por Juan Muñoz que se marchó cerca de la escuadra de Álvaro. De ahí hasta el descanso hubo que lamentar las lesiones de Insua y Petrovic, que dejaron su sitio en el campo a Josué Sá y Fran Villalba, respectivamente.

Dos chispazos insuficientes

Tras el descanso Guti intentó enmendar la plana introduciendo a Martos en el campo en lugar de Maras en otra sustitución inexplicable salvo que mediase lesión del serbio, ya que si uno de los centrales merecía el banquillo, ese era Costas. El panorama, no obstante, pudo cambiar gracias a una genialidad de Villalba, que recogió un rechace de la zaga rival en el área, recortó con la zurda y la puso en el ángulo con la diestra.

El 2-1 daba pie a la esperanza, pero el Almería de hoy era solo una sombra de lo que ha sido y a la hora de juego el Huesca volvía a poner las cosas en su sitio por medio del ex del Poli Ejido Mikel Rico, refrendando su doblete al empujar a portería el tercer remate que los azulgrana realizaban desde el área pequeña tras sendos rechaces en otra acción hilarante.

Gracias a un error del contrario en la entrega el Almería pudo meterse en el partido en la recta final. Una buena asistencia de Juan Muñoz no la perdonó Darwin Núñez, demostrando que a poco que el dúo ofensivo hubiera estado nutrido de balones, otro gallo habría cantado en El Alcoraz. Incluso en el descuento un zurdazo de Costas desde la frontal requirió de un buen despeje de Álvaro y Romera reclamó un posible penalti sobre Costas que ni siquiera fue revisado por el VAR.