Higuero, nuevo rey de los 3.000

Ruth Beitia conquista su duodécimo título en salto el año de su despedida

Juan Carlos Higuero, en el centro de la imagen, durante una prueba en la pista.
Juan Carlos Higuero, en el centro de la imagen, durante una prueba en la pista.
Efe Sabadell

17 de febrero 2013 - 05:02

Juan Carlos Higuero, cinco veces campeón de España de 1.500 en sala, se proclamó por vez primera campeón de 3.000 metros con un espectacular último giro en el que dejó clavados a sus adversarios. El atleta burgalés sentenció con una marca de 7:55.82 y será el jefe de filas del trío español de los tres kilómetros en los Europeos de Gotemburgo, el primer fin de semana de marzo.

Diego Ruiz tiró durante el primer kilómetro, que se pasó en 2:40.92; le relevó Mohamed Marhoum en el segundo (5:23.04) y cuando faltaban tres vueltas Higuero pasó a controlar prueba. Se pudo en cabeza y fue cambiando imperceptiblemente hasta que, en el último giro, soltó un latigazo que enardeció al público.

Higuero, que ha corrido este año en 7:49.55, batió a Carlos Alonso (7:57.60) y al monarca destronado, Jesús España, cinco veces campeón, que regresaba al primer nivel después de operarse los dos tendones de aquiles y que se quedó a una sola centésima del segundo puesto.

Por otro lado, Ruth Beitia, la mejor atleta española del 2012, conquistó ayer en Sabadell su duodécimo título consecutivo de campeona de España de altura en pista cubierta con un salto de 1,90, el año en que se despide de la competición de elite. Llegó a Sabadell con una marca de 1,98 y un margen de 15 centímetros sobre la segunda del ránking nacional, Gema Martín Pozuelo. Beitia dejó pasar las cinco primeras alturas para debutar en 1,82, una marca que la dejó sola con Gema Martín Pozuelo, pero la madrileña no pudo en 1,88.

El rey del esprint, Angel David Rodríguez, compareció tres veces en nueve horas y se rompió en el momento decisivo. A las 11:00 tomó contacto con la pista ganando la primera serie en 6.94, dominó a las 18:43 su semifinal en 6.83 y, cuando se disponía a coronarse por sexta vez, tuvo que pararse, mediada la final, para no agudizar unas molestias que empezó a notar en la reunión de Gante.

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