Isco friega los vasos de la fiesta

El mal juego merengue halló réplica en un golazo del malagueño en el ecuador del primer tiempo Benzema, cuando el Deportivo más apretaba, hizo el 2-0 Cristiano estuvo negado

Bale larga un fuerte zurdazo ante los deportivistas Manuel Pablo y Laure.
Bale larga un fuerte zurdazo ante los deportivistas Manuel Pablo y Laure.
Roberto Morales (Efe) Madrid

15 de febrero 2015 - 05:02

Isco alumbró a un Madrid aturdido y bajo de confianza tras el varapalo del derbi y lo guió al triunfo ante un Deportivo serio que por momentos vio de cerca puntuar, con Cristiano Ronaldo cabizbajo y alejado de su nivel. El juicio en un Bernabéu tenso dejaba un clima difícil para jugar tras la goleada y la fiesta posterior del portugués, pero la afición madridista sólo pasó factura a Ancelotti y Casillas.

No hubo reproches para Cristiano, a quien se le puede señalar un error pero en la vida acusar de falta de compromiso. Así lo entendió el madridismo.

Se mascaron los nervios en un arranque que marcaría la tarde. Si el duelo ante el Dépor comenzaba bien llegarían los aplausos. En caso contrario sería complicado brillar entre silbidos. La obligación de reaccionar llevó al Madrid a salir con fe y adueñarse del balón. Bale desequilibró desde el inicio, superando el marcaje de Luisinho.

Esa superioridad inicial no la plasmó en ocasiones un Madrid falto de autoestima. Y lo sintió el Deportivo, que salió a aguantar el chaparrón y de golpe se vio con licencia para tocar en zona de peligro. No lo pensó y chutó. Lo intentó Oriol Riera, desviado. Cuenca inventó una pared con Lucas Pérez que acabó con un disparo que sacó bien Casillas. Cavaleiro y Cuenca buscaban las cosquillas a Marcelo y Arbeloa, y de un rechace en la frontal del área Borges buscó la escuadra y provocó el enfado de la grada con sus jugadores.

El respetable pedía más esfuerzo con su cántico, pero lo que faltaba era criterio en la construcción. Tuvo que aparecer Isco para conectar con el tridente ofensivo, en el que Cristiano estaba rumiando su ansiedad por volver a brillar.

Bale estuvo más generoso que nunca, consciente de la necesidad de goles de Cristiano. Lo buscó siempre que desbordó con su elegante carrera. Se mascaba el gol, con Benzema rondándolo también sin acierto, pero al tercer intento buscó asistir a Cristiano, que en boca de gol no llegó y vio cómo el balón caía a Isco, que ya había desenfundado el arma de francotirador para ajustar su mirilla. Control de balón, cuerpo colocado para ajustar su disparo al poste contrario y golazo.

Se esperaba goleada en la reanudación y el inicio del segundo acto dejó a todos estupefactos. El Deportivo dominó y sacó a relucir problemas del Madrid, atacando sin sacrificio defensivo de Bale, Cristiano ni Benzema, con Isco corriendo por todos y el resto defendiendo la reacción blanquiazul. Pudo empatar, pero fue Benzema quien hizo el 2-0 y cerró el partido.

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