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Javi Jiménez ya puede jugar con el Unicaja

  • El receptor cubano resolvió sus problemas burocráticos y debutó en los cuartos de final

  • No le ve techo al equipo de Axel Mondi

El cubano, en el último encuentro

El cubano, en el último encuentro / Francis Cazorla (Almería)

Tan solo el papeleo ha podido frenar a Javi Jiménez, receptor cubano y jugador de las filas ahorradoras las dos pasadas temporadas. Afortunadamente para él, por fin ha podido desbloquear la burocracia que lo tenía atrapado. Residente en estas tierras junto a su familia, no ha podido cumplir sus expectativas por problemas ajenos a su calidad y rendimiento. "Me siento bastante bien, aunque ha sido muy difícil después de tanto tiempo inactivo, pero afortunadamente todo marchó bien. Ha sido una vuelta positiva al club. Estoy contento de poder ayudar al equipo en una situación compleja porque un compañero tenía un estado gripal y pude aportar en el momento que hizo falta", asegura después de debutar en los cuartos de final.

"El equipo tiene una buena dinámica, ya la semana anterior habían ganado, entonces fue continuar esa dinámica, y en sentido general lo vi bastante bien. No veo el techo. Es ahora o nunca, si no es ahora, no va a ser nunca. Tenemos todas las posibilidades, sin más y sin menos", comenta el cubano, ya con la mente en la doble visita a Los Planos este fin de semana, que el conjunto verde espera finalizar el sábado con una victoria que le daría el pase de semifinales.

"Es un terreno difícil, pero el objetivo está y entonces tenemos que buscar la manera de cumplirlo Se trata de un buen equipo que explota al máximo lo que tienen, y tiene una buena identidad", expone sobre el Pamesa Teruel. "Ha pesado esta situación para mí, porque entrenar es una cosa y jugar es otra diferente. Es difícil ver los toros desde la barrera. Estaba un poco impotente por no poder ayudar, intentaba aconsejar, pero es duro, porque desde lejos se ven las manchas más que desde dentro, entonces es más fácil encontrarlas. Lo difícil es estar dentro", continúa

Almería es su hogar, así lo eligió junto a su familia, y su intención es que lo siga siendo, juegue o no en las filas ahorradoras en adelante, aunque ha dejado claro que por él no habría problemas: “Mis hijos son ya almerienses. Les encanta la ciudad. Este verano, jugando, recordé cuando estuve cuatro o cinco años en la preselección de vóley de playa en Cuba, incluso competí. Me gustaría continuar, por qué no, si aquí estoy con la familia, que está cómoda acá", finaliza.

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