Juran nobleza al balón y al silbato
José Ángel, futbolista, y su hermano, Nacho, árbitro, coincidieron dos años y medio en Almería hasta que al mayor le obligaron a hacer las maletas
Ahora triunfa en Noruega
Boateng, Neville, De Boer, Solari, Alcántara, Touré, Milito... Estos son sólo unos pocos. Podría rellenarse una página entera de hermanos futbolistas. Lo que no es habitual es encontrarse que uno de ellos se calce las botas para darle patadas a la redonda y que el otro también se ponga las zapatillas a la vez que coge el silbato y se encargue de hacer posible que dos equipos disputen un partido. Ambos con idéntica intención: disfrutar del fútbol. Hasta hace unos meses Almería contaba con los Jurado de la Torre, aunque Alfonso García y Soriano prescindieron del mayor, José Ángel, en la UDA, yéndose al Bodo, equipo de la segunda división noruega.
El más conocido nació un 21 de junio de 1992 en Sevilla, mientras que cuatro años después, un 18 de mayo, lo hizo su hermano, Nacho. Ambos en una familia futbolera, ya que su padre es Fede Jurado, actual entrenador del Tomares, equipo sevillano que milita en el grupo 4 de Juvenil División de Honor, y capitán de ese Écija que ascendió a Segunda un 25 de junio de 1995 ante el Levante. En total, vistió la camiseta del cuadro astigitano siete temporadas.
José Ángel y Nacho empezaron a jugar en la escuela de fútbol que montó Fede, Sector 22. Nacho también vistió las elásticas del equipo del barrio de los Jurado de la Torre (Sevilla Este), el San Roque, y del Nervión. "Yo jugué hasta infantil. De portero, pero era muy malo y no seguí", afirma Nacho entre risas. Pero lo hace con humildad. Porque en alevín fue a la selección sevillana. Tan mal no lo haría... "Sí que era bueno, un año incluso fue a la selección sevillana mientras jugaba en el Nervión y eso es muy difícil... ¡Yo nunca lo conseguí! Lo que pasa que él tiene el recuerdo de sus últimos años, en los que le tocó un par de entrenadores no muy buenos y no supieron manejar la situación de niños de trece y catorce años", asegura José Ángel desde Noruega.
Un José Ángel que también empezó a destacar, lo que hizo que lo incorporase el Betis para sus bases. Con apenas 18 años disputó 23 partidos en Segunda B, incluso anotó un gol, lo que sirvió para lo fichase el Villarreal, que lo cedió al Mirandés.
Pero no fue todo de color rosa. "Fueron momentos durísimos... En mi familia estamos todos unidos, no soló mis padres y mi hermano, sino mis tíos, primo... Somos muchos y muy familiares. Fue un paso muy grande, pero tenía el apoyo de mucha gente en aquel momento, del cual estaré siempre agradecido", se sincera el mayor de los Jurado. "Yo nunca he tenido envidia por mi hermano. Siempre me he alegrado por él, un poco triste por estar lejos, ya que es el único hermano que tengo. Los dos años y medio que hemos vivido juntos en Almería han sido perfectos y encantadores", asevera Nacho. Y es que sus caminos se volvieron a unir en Almería en verano de 2014. José Ángel fichó por la UDA y Nacho cambió Sevilla por Nervión para iniciar el Grado en Ciencias de la Actividad Físicas y del Deporte.
En la UAL se fijó en un curso: el de árbitro. "Llevaba fuera del mundillo del fútbol y me llamó la atención", cuenta el menor de los Jurado, que ya cumple su segunda temporada con el silbato. "Es muy paciente y, por lo que le he visto, habla mucho con el jugador. Eso, como futbolista, es muy positivo. Bajo mi punto de vista, el árbitro está para que los jugadores le ayuden, puesto que se pueden equivocar como personas normales", le define su hermano. Pero para José Ángel, Nacho es mucho más que un árbitro, incluso que un hermano: "Él es la mejor persona que conozco. No sólo lo digo yo, que soy su hermano y lo conozco a la perfección, sino toda la gente que lo rodea y conoce. Es noble, sincero, honesto, amigable, gracioso... ¡Es un trozo de pan! Tengo la suerte de contar con él para siempre".
Nacho también tiene buenas palabras para su hermano: "Lo considero un luchador. Salió de casa con 18 años y desde entonces siempre se ha ido fuera. Ahora en el extranjero".
Aunque no podía ser una constante porque los horarios le coincidían, ambos han coincidido en los terrenos de juego de Almería. "La primera vez que fui a ver a Nacho fue con mi madre y fue el partido tranquilo; la segunda fui con unos amigos de él y en la grada le dijeron algunas cosas y nos tuvimos que poner en otro lado", relata un José Ángel, que desde Noruega, asegura -a pesar de que la UDA se portó fatal con su salida- que los de Ramis se salvan: "Confío en todos los jugadores que hay. Por lo que he podido hablar con algún compañero, el entrenador es muy exigente y bueno... Darán una alegría a esa fiel afición que se la merece más que nadie".
Uno arbitra, el otro juega y ambos disfrutan (José Ángel de nuevo) con su correspondiente papel. Y ambos lo hacen con los nobles valores que le inculcaron Fede Jurado y Mari Ángeles de la Torre.
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