En apenas 15 años la agricultura almeriense ha dado pasos de gigante, haciendo que los sistemas de cultivo de los años 90 parezcan, a día de hoy, poco menos rudimentarios que los que desarrollaban los primeros trabajadores de la tierra, allá por la época de las cavernas.

Buena parte de este éxito radica en el trabajo de empresas de control biológico como Koppert, firmas que han impulsado la utilización de mecanismos de fauna auxiliar, tan efectivos como los ya desaparecidos químicos y con ventajas añadidas y de peso: cuidado y respeto del medio ambiente, seguridad alimentaria y protección para la salud del agricultor, principalmente.

Recientemente, el director comercial de Koppert, Kris de Smet, destacaba para Diario de Almería un hito en la historia de su empresa, la utilización del Amblyseius swirskii como método de control de plagas en 2005. "Fuimos los primeros que lo trajimos a Almería y supuso un gran avance". Después de éste, y de los hallazgos previos en abejas para polinización de cultivos, se han sucedido otras incorporaciones al mercado de la industria auxiliar.

Se trata de pasos meditados, que requieren una ardua labor de investigación, pero que conllevan grandes dosis de efectividad y, cómo no, de satisfacción para quienes trabajan en ellas.

Los últimos estudios de la multinacional holandesa se centran en el desarrollo de productos microbiológicos o biopesticidas 100% ecológicos que previenen ciertos tipos de patógenos en cultivos invernados.

En los últimos cinco años han empezado a comercializar el Trianum, un microorganismo contra hongos patógenos del suelo que actúa como bioestimulante de la raíz de las plantas, y el Mycotal contra mosca blanca.

Además, actualmente el departamento de investigación se encuentra inmerso en 70 proyectos sólo en el ámbito español, entre sus delegaciones de Almería y Águilas (Murcia). Los estudios se basan en la "búsqueda de más soluciones contra la Tuta absoluta, la cochinilla, que se ve cada vez más en pimiento, y otras plagas que afectan a cítricos y fresas", explica el director comercial.

Para poder llevar a cabo dicha labor de investigación, la empresa destina el 5% de su facturación al I+D. Se trata, en definitiva, de una apuesta de futuro, ya que la viabilidad de la empresa pasa por la novedad y efectividad de sus productos.

A escala nacional, la empresa tiene una plantilla de 75 personas, de las cuales 45 trabajan en la sede almeriense y 8 son investigadores para estudios.