Parece que fue hace mucho, o parece que fue ayer, porque la percepción del tiempo es muy voluble de una persona a otra, y más en estas circunstancias tan anómalas, pero a nadie se le olvida un primer momento extremadamente delicado por falta de material de protección para los sanitarios. Nada más conocerse esa situación, en la Ortopedia Oliva se vaciaron las existencias y se donaron al Hospital Torrecárdenas, “todos nuestros guantes, las mascarillas y batas desechables y el material fungible que teníamos en el almacén”, relata José Espejo, que no dudó ni un solo segundo: “Era un momento en el que todos teníamos que arrimar el hombro y poner nuestro granito de arena, y por eso lo primero fue que todo lo que teníamos y que pudiera ayudar, lo donamos, puesto que lo primero, insisto, era proteger a quien nos iba a cuidar”. El gerente de Ortopedia Oliva comenzó dado ejemplo de solidaridad.

Pero esa actitud, esa manera de relacionarse con el entorno, no fue flor de un día, sino parte del gen de esta empresa, puesta en práctica en infinidad de ocasiones antes de que se conociera el COVID-19 o ni tan siquiera fuera verosímil que toda la población mundial se iba a ver tan comprometida por un virus. Así, lo siguiente otra vez se afrontó con determinación: “Viendo la problemática que tenían en las UCI a la hora de intubar a los pacientes, nos preguntaron si estábamos en disposición de poder fabricarles unas pantallas que evitaran la transmisión de las peligrosas gotitas infecciosas, nos pusimos a la obra y, después de varios diseños, conseguimos uno que está funcionando bastante bien”. Igualmente se produjo un reparto cargado de gratitud por parte de los sanitarios y de satisfacción por ayudar a los demás por el lado del personal de la ortopedia, que fue a máximos: “Empezamos donándolos a Torrecárdenas, después al Poniente, a los hospitales privados de Almería, y de igual modo también a Granada, al San Cecilio y al Virgen de las Nieves".

El proceso de fabricación lo explican en un vídeo difundido en redes sociales, hecho con la intención de incentivar a todo aquel que pueda sumarse a fabricar, dos de los miembros de la plantilla, Marifé Sánchez, que narra el proceso de la primera tanda con el modelo chino hasta que se da con el prototipo más seguro y cómodo para los sanitarios, una vez escuchadas las sugerencias de los protagonistas al tenerlos en uso, y Miguel Luque, técnico ortoprotésico, que explica las medidas y el proceso de ensamble de las piezas que componen la pantalla final, con ángulo interior para una mejor visibilidad y dos rebajes laterales para una mayor maniobrabilidad. Como no, insisten al final en el más importante mensaje de todos, #QuédateEnCasa, tras pedir a empresas y particulares que se sumen a la fabricación, en el caso de que les sea posible arribar el hombro en esta lucha, que es de todos.