Dos años y medio, 90 partidos y 39 goles después, Leo Ulloa se convierte en historia rojiblanca. El ariete argentino se despidió a primera hora de ayer de quienes han sido sus compañeros en el vestuario almeriense para poner rumbo a Brighton, donde el pasado fin de semana se hacía el reconocimiento médico, y está previsto que hoy sea presentado.

Hasta Inglaterra se han desplazado por parte del club su director general, Pepe Bonillo, y el director deportivo, Alberto Benito, al objeto de cerrar la operación y habilitar el transfer del Ciclón, que ya tiene en su poder el pasaporte comunitario al nacionalizarse español.

Aunque como suele ser habitual no se han hecho públicas las cifras de la operación, el Almería finalmente se embolsará alrededor de dos millones de euros por el 50% de su parte, si bien el traspaso se ha cerrado en una cantidad inferior a los 4 millones. La diferencia obedece a que sus representantes habrían renunciado al 10% que les correspondía, mientras que el 40% restante va a parar al bolsillo de José Manuel García Osuna, accionista mayoritario de Castellnou 2005.

Muchos equipos son los que han mostrado interés por el delantero centro, pero solo el Brighton Hove Albion cumplía el principal requisito impuesto por Alfonso García, que el pago fuera en un plazo único para evitar sorpresas desagradables como las acontecidas con Kalu Uche y Juanma Ortiz.

Al contrario que Aarón, quien llegó con la sesión preparatoria concluida para decirle adiós a sus compañeros y ya muchos habían abandonado las instalaciones, Ulloa se personó ayer a las diez de la mañana para despedirse de cada uno y luego le decía adiós a la afición en los micrófonos de la radio oficial del club: "Fueron dos años y medio muy lindos, me han tocado vivir cosas muy buenas y dejo amigos y compañeros en el club. Me da lástima irme porque siempre me he sentido muy arropado, la afición desde el primer día que llegué me brindó su cariño. Me cuesta, pero había que tomar una decisión y creo que es lo mejor para todos en este momento".

Ulloa, que cree que este fin de semana estará disponible para jugar si Gustavo Poyet, su nuevo técnico, lo estima oportuno, dice que se marcha con sentimientos encontrados: "Las cosas al final no estaban muy bien en lo individual y cambiar de aires viene bien. Estoy contento por un lado y muy triste por el otro. Voy a venir en junio y les dije que quiero estar en la comida del ascenso".

Su único lamento, vivir el descenso el año de su llegada y no haber podido devolver a Primera al equipo el curso pasado: "Más que los goles, la temporada pasada me gustó la ilusión de pelear por poder ascender y hubiera cambiado los 28 goles por haber ascendido".

Ulloa se va, pero la vida sigue y la responsabilidad goleadora recae sobre Charles, quien lanza un mensaje de optimismo: "Se va, es una tristeza porque es un delantero muy bueno, todos lo conocemos porque el año pasado fue el máximo goleador de la categoría. Tenemos a Chumbi, que es un delantero muy bueno y otros compañeros que pueden hacer esa función. Hay plantilla bastante competitiva para afrontar lo que resta de Liga".