Lesiones en el baloncesto

Lesiones en el baloncesto
Lesiones en el baloncesto

21 de noviembre 2010 - 05:02

Aunque durante bastante tiempo el baloncesto no ha sido considerado como un deporte de contacto, es evidente hoy en día, debido a la intensidad con la que se juega, que es un deporte de choque y de alto riesgo lesional, al mismo nivel que el hockey o el fútbol.

Como en todos los deportes, podemos distinguir tres grandes grupos de práctica del baloncesto a la hora de diferenciar al tipo de lesiones:

-El jugador ocasional.

-El jugador de baloncesto en crecimiento.

-Lesiones del jugador profesional.

JUGADOR OCASIONAL

La mayoría de los practicantes semanales u ocasionales no acuden al médico cuando sufren lesiones que se consideran leves, siendo muy alto el porcentaje de automedicación y autotratamiento. De esta manera es imposible hacer un estudio que refleja cuál es la lesión más frecuente en este grupo, pero suponemos que el esguince de tobillo es el motivo de consulta más frecuente.

JUGADOR EN ÉPOCA DE CRECIMIENTO

Dado que la participación deportiva en estas edades entraña unos riesgos de lesiones que son características debido al crecimiento óseo y articular, es necesaria una estrategia preventiva que evite dichas lesiones. En un reciente estudio europeo sobre motivos de consulta en niños menores de 15 años que practicaban deporte de forma regular, en el sexo masculino los deportes con mayor incidencia de lesiones son el fútbol y el baloncesto y, en el sexo femenino son la gimnasia rítmica y el voleibol. En Estados Unidos, el baloncesto es la causa más frecuente de lesiones relacionadas con el deporte. En España se han realizado diferentes estudios en esta edades que reflejan que el esguince de tobillo es el motivo de consulta más frecuente con un 17% de consultas, seguido por las lesiones de la mano en el 9%. Las lesiones de la mano son las grandes olvidadas ya que en la mayoría de los casos se tratan mediante vendajes funcionales sin ser valoradas por el médico. En el siguiente escalón de frecuencia se encuentran las lesiones musculares, sobre todo en el sexo femenino. En otros porcentajes menores se encuentran las lesiones por sobrecarga, siendo las que afectan a la rodilla las más frecuentes. Son las llamadas "rodillas de saltador". Consiste en la inflamación de la unión del tendón rotuliano con el polo inferior de la rótula y son causadas por las continuas fuerzas de tracción-contracción que sufre dicho tendón al ser un deporte donde el salto vertical repetido, es la esencia del mismo. Su aparición está directamente relacionada con las características del entrenamiento, la frecuencia, duración e intensidad del mismo y el tipo de superficie, eso en cuanto a lo referido a factores extrínsecos. Respecto a los factores predisponentes del propio individuo se encuentran, alteraciones de la rótula como rótula alta o baja o problemas del aparato extensor, pies con mucho arco plantar (cavos) o pies con poco arco (planos). El dolor puede aparecer después del entrenamiento o de los partidos, en otras ocasiones puede aparecer durante la actividad deportiva y después también, y cuando la tendinitis se encuentra más avanzada, impide al deportista rendir al máximo nivel, llegando a impedir la práctica del baloncesto.

LESIONES EN EL JUGADOR PROFESIONAL

Recientemente se ha publicado un estudio sobre lesiones en la NBA. En él se refleja que la lesión más frecuente tanto en los entrenamientos como en la competición es el esguince tobillo. Sin embargo, las que provocan estar más tiempo de baja eran las lesiones de rodilla, que requerían estar apartados de la actividad deportiva una media de 23 días. El mayor número de lesiones (54%) se producán durante la competición, llegando a cuantificarse una media de 20,2 lesiones cada 1000 situaciones de juego, con un promedio de 0.94 lesiones por jugador cada año, siendo la mayoría de ellas la que afectan a la extremidad inferior, seguidas de las que dañan a la mano y muñeca. Es interesante destacar que la posibilidad de tener una lesión en la NBA crece conforme los jugadores van cumpliendo temporadas. Así, entre los Rockies o jugadores de primer año, hay una media de 1 lesión por jugador al año; entre los que cumplen entre la segunda y la séptima temporada como profesional, el % sube a 1.8 lesiones al año y los jugadores con 10 a 15 temporadas a sus espaldas, pueden llegar a sufrir una media de 2.6 lesiones al año. Las lesiones cada temporada suelen provocar una pérdida de 7 partidos de media por cada lesión. Es curioso también que casi el doble de las lesiones se producen en los partidos que los jugadores realizan en casa que cuando lo hacen como visitante, probablemente reflejo de la mayor intensidad de juego cuando se juega como local. Otra estadística llamativa es que durante el primer cuarto de juego, la incidencia es mucho menor que en el resto del partido. Se puede interpretar como que hay un menor nivel de intensidad al comienzo de cada encuentro o a que el cinco inicial sea menos propenso a sufrir lesiones. Cuando hay un percance durante la segunda parte de los partidos, éstas suelen ser mucho más importantes y graves que las que acontecen de forma más prematura en los encuentros. Como hipótesis, el cansancio y la fatiga o la mala preparación física se postulan como las principales razones. En relación a la posición de juego, ninguna se revela como predisponerte a sufrir lesiones. Sin embargo, en la literatura sí que hay estudios que reflejan lo contrario. En un trabajo realizado en el baloncesto universitario americano (NCAA) se objetivó que los aleros sufrían un 40% más de lesiones que los bases y estos, a su vez, se lesionan un 65% más que los pívots. El alero suele lesionarse en la mano y la muñeca y, en cambio, los bases se dañan la extremidad inferior con mayor frecuencia.

La NBA tiene un registro (Injury Reporting System) en el que se anotan todas las incidencias que sufren los jugadores, ya sean en los entrenamientos o en la propia competición. Se considera lesión, aquélla que ha impedido la participación deportiva por lo menos un día después del incidente.

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