Maldita sea esa discutida falta a Perea

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Dubarbier no estaba al cien por cien tras pasar una noche con molestias y Francisco le da la oportunidad al gallego Subió con demasiado respeto y sólo sacó dos débiles centros

Raúl Garcia pisa el área, en una de sus pocas subidas, perseguido por Tito.
Raúl Garcia pisa el área, en una de sus pocas subidas, perseguido por Tito.

21 de octubre 2013 - 05:02

No es tarea fácil verte titular de la noche a la mañana sin haber tenido minutos en partidos anteriores. Es más, jugar de inicio un partido tan importante cuando en verano tenías muchas opciones para salir y en muchas convocatorias no has entrado, debe aumentar la balanza del nerviosismo hasta niveles insospechdos. Aún así, Francisco le propuso el difícil reto después de que Dubarbier hubiera pasado una mala noche en la concentración del equipo y Raúl García aceptó con la idea de hacerse con el puesto de lateral izquierdo, el más en entredicho en este Almería.

Nada más saltar al campo, el gallego ya veía la dura piedra que iba a tener enfrente: Lass. Si la temporada pasada debutó con Javi Gracia en Huelva siendo pieza clave en aquella victoria gracias a un golazo con la derecha, su pierna menos buena, ayer tenía que frenar en primera instancia el poder ofensivo vallecano para después ayudar, si podía, a Aleix en funciones ofensivas.

Raúl no estuvo nervioso ni se le notó la inactividad, aunque es ocasiones sí es cierto que el salto de categoría pudo jugarle malas pasadas, como en la primera jugada en la que un centro de Falque que se paseó por el área, lo despejó como buenamente pudo al punto de penalti. Por suerte, no había por ahí ningún rayista. El equipo de Jémez volcó más el juego por la izquierda, por donde atacaba el exjugador rojiblanco, que por donde estaba Lass.

Ese estilo de juego visitante no le vino nada mal a Raúl, que por alto se mostró seguro y llegó a hacer la cobertura en varios balones a la espalda de los centrales. El gallego no estuvo agobiado en la primera parte, aunque en algún uno contra uno, o en balónes divididos, sí que se vio superado. La amarilla que vio Lass, y que provocó su fulgurante cambio bastante antes del descanso, le vitó un dolor de cabeza. Con esa parte del cuerpo el gallego sí que se mostró convencido de su poderío y lo despejó todo.

La segunda mitad arrancó con una llegada a línea de fondo, pero la inexperiencia le pudo y el balón acabó manso en las manos de Rubén. El Almería decidiír a presionar arriba la temerosa salida de balón del Rayo por lo que espacios atrás iba a haber. En un rápido contragolpe, Perea le intenta medir en velocidad, pero el gallego reacciona bien y se lanza a sus pies para evitar el centro. El extremo vallecano casi no le estaba haciendo daño, minutos después volvió a cortar una internada por la derecha ya con el Rayo en inferioridad. Sin embargo, el buen trabajo se vio empañado por una falta al propio Perea que costó el gol. Era lejana, no en sitio demasiado peligroso, pero fue gol. En los último minutos, en busca de la heróica, terminó jugando como extremo.

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