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Médico y hermano de futbolista

Causa sorpresa conocer la otra cara de Fernando Estévez. Además de exfutbolista y entrenador, el granadino es especialista en medicina del deporte y de la familia, y ha pedido una excedencia en su puesto de trabajo para sentarse en el banquillo del Almería. Sin embargo, su faceta profesional no queda apartada cuando el árbitro da el pitido inicial. En una ocasión tuvo que asistir a un aficionado que había sufrido una parada cardiorrespiratoria, y en otro partido, jugándose la posibilidad de jugar la promoción de ascenso con el Loja, se marchó al hospital con otro hincha al que le había dado un ataque epiléctico. Una vez estabilizado, volvió a toda velocidad al estadio, comprobó que en el minuto 47 seguían ganando y la afición lo recibió con un tremendo aplauso. Resulta curioso que un galeno con plaza fija se decante por el fútbol, lo que demuestra su pasión por el balón.

Es algo que le viene de familia, puesto que la historia de su hermano es ciertamente parecida. Miguel Estévez, cuyo apellido es su nombre deportivo, es profesor y ha aprovechado los diferentes destinos en los que ha estado para jugar al fútbol. Así, pasó por Vélez Rubio, donde Fernando lo entrenó, Vícar, Carboneras, Español del Alquián y ahora que imparte docencia en Albox, se ha enrolado en las filas del Comarca del Mármol B. "Mi hermano es un enamorado del fútbol, como yo. Llegó a jugar en Tercera División aquí en Almería y ahora juega en Segunda Andaluza. Le duele nuestra situación y cada semana está como fiel seguidor apoyando", desde las gradas del anexo y del Mediterráneo. Igualmente, Fernando lo ha seguido a lo largo de su carrera: "Ahora ya está matando el gusanillo. Pero años atrás sí que he cogido el coche para ir a verlo donde jugara".

Ambos han coincidido en muchas ocasiones. Fueron compañeros de vestuario en Granada, Fernando lo entrenó en su primera aventura en tierras almerienses y también se han enfrentado con uno como míster y el otro como futbolista. "Jugamos juntos en Regional, fue una experiencia bonita. También tuve la suerte de tenerlo como jugador en el Vélez Rubio. Fue un mediocentro importante, hicimos muy buena temporada. Luego cuando he estado en Tercera División he preferido evitarlo, porque hay algo que se tiene que respetar y distanciar", en referencia a los lógicos lazos conyugales.

Por eso mismo, Fernando reconoce que hay momentos en los que cuesta entrenar a alguien de tu sangre. "Se sufre más cuando está en tu propio equipo. Hay problemas que le pueden afectar a él y que indirectamente recaen sobre ti como entrenador y hermano. Yo siempre he tratado de mantener las diferencias en el aspecto personal. Cuando hemos sido rivales, ha sido un motivo más para querer ganar el partido. Cuando yo estaba en Loja, me he enfrentado a él en Vícar y Carboneras, y solía salir vencedor", indica risueño el mayor de los Estévez que junto a la medicina y el banquillo, también saca tiempo para dar clases en la Escuela Andaluza de Entrenadores (CEDIFA). Preparación a Fernando está claro que no le falta.

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