Miles de cromos en una estantería
de la tierra
En más de 30 años que lleva coleccionando álbumes, a Pío tan sólo le falta el escudo del Zaragoza del 70
Cuando los balones de fútbol eran juguetes de ricos y las Plays Station no eran ni una idea de futuro, los niños tenían que matar el tiempo como buenamente podían. Aunque en la actualidad se siguen coleccionando pero a muy baja escala, los cromos para los zagales de antes eran como el Padre Nuestro de cada día. En la escuela, en los parques, en las calles... Cualquier lugar era bueno para cambiar esa estampa tan valiosa y difícil de conseguir, que no salía por muchos sobres que compraras.
Pío, procedente de una familia humilde aunque amante del fútbol, era un joven seguidor del Real Madrid y de la Agrupación Deportiva Almería que no tenía ni idea de que su afición iba a terminar convirtiéndose en un tesoro para los coleccionistas. "Yo quería estar informado de la actualidad de mis equipos y todos los meses me compraba revistas de fútbol, coleccionaba los álbumes, guardaba recortes de periódicos...", reconoce con satisfacción mientras no para de vaciar una gran bolsa de deporte en cuyo interior se apilan tan sólo una milésima parte de su gran colección futbolística.
El botín con el que Pío visitó Diario de Almería deja bien a las claras cuán deseable es su botín. El álbum de la Agrupación Deportiva Almería en Primera, los de la UD de los últimos cuatro años, el cartel del primer Almería-Madrid en el antiguo Franco Navarro, póster de muchos jugadores, pins y banderines de equipos tan diversos como Plus Ultra y Málaga, sellos conmemorativos del Mundial de España'82... "Y tenía muchas más cosas, pero mi padre en un descuido me las tiró. Mi mujer siempre piensa que compro demasiadas cosas, pero sabe que me gusta mucho y me apoya. De hecho, tengo guardadas hasta botas de fútbol con las que juegan mis hijos", indica con satisfacción.
Aunque parece casi imposible, a Pío sólo le falta el escudo del Zaragoza del año 70. A buen seguro que es capaz de pagar millones para hacerse con una de las pocas piezas de papel que le faltan. "Como a todos, a mí siempre me faltaban algunos cromos que salían muy pocos. Ahora, además de comprar, me regalan sobres cuando hago operaciones en el banco BBVA. Los que me faltan, los tengo que pedir a Panini y me los traen". A la cárcel van a venir a robar que afirma el dicho popular.
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