Nadal, ¿el más grande de la historia?
Con su noveno título de Roland Garros el balear sumó su decimocuarto título de Grand Slam, y está sólo a tres de los 17 de Federer A los 28 años, su objetivo es llegar a Río 2016
A su lado está Pete Sampras y por encima suyo sólo Roger Federer: aún quedan años para conocer el lugar definitivo que Rafael Nadall ocupará en la historia del tenis, pero su camino apunta ya a lo más alto de lista.
Las cuentas son sencillas. Tras conquistar su noveno Roland Garros, el balear sumó su decimocuarto título de Grand Slam, empatando con el estadounidense y quedándose a tres de los 17 del suizo, una cifra que el propio Nadal veía inalcanzable hace unos años. Al número uno del mundo no le gusta hablar de superar o no a Federer, pero si cumple su gran objetivo a largo plazo -competir en los Juegos de Río de Janeiro 2016-, tendría por delante aún, como mínimo, nueve Grand Slams por disputar (tres Wimbledon, dos US Open, dos Abiertos de Australia y dos Roland Garros más).
Si Nadal, que tiene 28 años recién cumplidos, gana tres igualaría al helvético, y con cuatro se alzaría como el jugador más exitoso de la historia, de no sumar Federer ningún grande más. "Lo empiezo a ver factible", señaló Carlos Moyà, capitán español de la Copa Davis y amigo de Nadal. "El año pasado lo veía un poco complicado después de la lesión que tuvo. Pero desde que ganó el US Open de 2013, ya vi que sí que podía suceder", agregó.
Nadal, que llegaría con 30 años a los Juegos de Río, aseguró en París que igualar o superar a Federer no es algo que le vaya a quitar el sueño. "No algo que se vea o no factible. Es algo que se hace o no se hace, y estoy muy feliz de llegar a 14. Sólo hay tres que tengan 14 y yo estoy entre ellos tres. No me había planteado en mi vida llegar hasta aquí".
Por eso el mallorquín prefiere centrarse en el presente, no en el futuro. "Llegar a los 17 no es ni preocupante para mí ni una motivación. Yo sigo haciendo mi camino, siempre digo lo mismo. Al final contaré cuando ponga fin a mi carrera. Yo hago mi camino, que es el que me ha dado buenos resultados. Seguir jugando cada torneo con la máxima intensidad, la máxima ilusión y, después veremos hasta dónde he podido llegar", añadió al lado de su novena Copa de los Mosqueteros. Nadal se alzó con su decimocuarto Grand Slam con 28 años y cinco días. Federer ganó su último grande en Wimbledon 2012, con 31 años, tres más de los que tiene ahora el de Manacor. Sampras dejó la competición después de ganar el US Open 2002, cuando tenía también 31 años.
El suizo, que cumplirá en agosto 33 años, no disputa una final de Grand Slam desde que ganó en Wimbledon su última corona. Y el estado físico que arrastra desde 2013 no invita a pensar en que pueda seguir ampliando su récord. "Nadal, como mínimo, igualará los 17 títulos de Federer", aseguró el ex tenista español Manolo Santana, que añadió. "Eso era algo que, para cualquiera, sonaba imposible. Pero Rafa tiene las condiciones para, si las lesiones lo permiten, hacerlo posible". En la misma línea se expresó otro ex número unod el mundo español como Juan Carlos Ferrero, también campeón en París, que ve al mallorquín ganando en la capital francesa varios años más. "Si está bien físicamente y se encuentra bien, tiene muchas posibilidades de alargar la carrera tres o cuatro temporadas más. Termina con 31, empezó con 16, pues va a tener la oportunidad de ganar tres o cuatro más. Si mantiene el nivel físico tiene muchas posibilidades", indicó. Su soberanía sobre la arcilla se demuestra con números. A cinco sets suma 89 triunfos y una única derrota, la de los octavos de final de Roland Garros de 2009 ante el sueco Robin Soderling.
Aunque las cuentas son posibles, en todos los análisis hay una misma preocupación: el físico. Y es que sus músculos y sus huesos parecen los únicos capaces de impedir a Nadal seguir escalando peldaños en la historia. "Espero que el físico me dé, porque la cabeza no me va a fallar", dijo Nadal hace unos meses en Nueva York, después de ganar su decimotercer grande. Y es que precisamente fue el físico lo que ya le impidió jugar siete grandes a lo largo de su carrera y mermó su rendimiento en la final de Australia el pasado enero, cuando era el favorito frente a Wawrinka. "No sé si le habría ganado, pero no competí aquel partido. Fue difícil de aceptar para mí", aseguró.
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