Nash, el último 'Terminator'

Baloncesto l NBA

El mejor base de la última década revela su rostro más rudo tras jugar con la 'cara partida' en las dos últimas semanas · El canadiense de los Suns hace grande su leyenda... pase lo que pase en los play-offs

Imagen del canadiense después de desfigurarse el rostro jugando contra los Spurs.
Imagen del canadiense después de desfigurarse el rostro jugando contra los Spurs.
Alessio González / Algeciras

30 de mayo 2010 - 05:02

Es único en su especie. Un jugador de baloncesto hecho de una pasta más dura, una coraza que envuelve una magia al alcance de muy pocos. No se conoce aún la aleación de sangre y metal que corre por las venas de Steve Nash, un tipo que ha jugado como si nada y como nadie a pesar de romperse literalmente dos veces la cara en el último mes. Un tipo de 36 años que a estas alturas de los play-offs es el único capaz de impedir que los Lakers coronen su tercera final consecutiva de la NBA.

Phoenix Suns se aferra más que nunca a su gran capitán para el sexto partido de la serie, disputado hace no muchas horas en Arizona. Terminator Nash, como ya le señalan algunos, es el último reducto para evitar lo que parece inevitable. Con los Celtics ya aguardando en la gran final el empuje de los Lakers será mayor aún si cabe. Un reclamo añejo de venganza sin duda para los angelinos.

Pero antes de pensar en el gran baile Bryant, Gasol y compañía deben salir sin espinas del territorio del cactus, donde han sufrido sus dos derrotas de la serie (3-2) y donde de los últimos doce duelos de play-offs apenas han podido ganar dos. Es uno de los pabellones negros para Kobe.

Nash comanda la maquinaria de los Suns, con piernas de chiquillo y un cerebro al nivel de John Stockton, el canadiense imparte todo su repertorio para combatir al campeón. Ya en el quinto partido, en el Staples, el base estuvo bárbaro y si no llega a ser por el milagroso palmeo de Artest... con la prórroga sabe Dios si los Lakers hubiesen salvado el pellejo.

Los Suns son la revelación de estos play-offs con permiso de los Celtics, agazapados en la sombra. Con un entrenador atrevido y cercano -Alvin Gentry- y un buen reparto de actores secundarios el equipo de Arizona ha explotado sus mejores armas para llegar al menos hasta la final de conferencia. Nash es el leimotiv de todo: saca partido de Amare Stoudemire y su contundencia en el juego interior, implica al resto, asesora al joven Goran Dragic-su relevo generacional- y representa el espíritu guerrero que difunde la franquicia. Ya es santo y seña la imagen del base jugando el pasado 10 de mayo contra los Spurs con el rostro desfigurado. Nash se llevó un tremendo golpetazo en el rostro que le dañó nariz, ceja y le cerró práctiacmente el ojo izquierdo. Fue a vestuarios, retornó en el último cuarto y guió a los suyos a la final del Oeste. Pocos días después, el Terminator recibió un codazo involuntario de Derek Fisher y se dobló el taquibe nasal, aún maltrecho del primer lance. Tras unos segundos de shock él mismo se alzón en el parquet y se colocó los huesos propios de la nariz ante el clamor de sus incondicionales.

Detrás de ese tipo duro se esconde un jugador tan excepcional como buena persona. Siempre vinculado a alguna que otra obra benéfica-de hecho posee una fundación a su nombre-, es una institución en Canadá a pesar de que nació en Suráfrica. Confiesa ser un gran futbolero y proclamado fan del FC Barcelona (especialmente de su amigo Thierry Henry), además de un gran fan de Kaká y un declarado anti Mourinho. "No tiene ni idea de fútbol", dijo tras ver como el Inter eliminaba al Barça de la Champions. Su hermano Martin es internacional por el equipo de fútbol de Canadá y su hermana Joann fue la capitana del conjunto de su universidad.

Es sin duda un genio atípico a los moldes que imperan en las súper estrellas del deporte de los Estados Unidos.

Como anécdota, reseñar que el veterano All Star no pierde la oportunidad para visitar España cada vez que puede. "Me encantaría actuar en una película de Almodóvar; si lo véis, decidle que quiero una entrevista", dijo en una ocasión en perfecto castellano, entre bromas.

Quedan pocos tan auténticos como Steve Nash, que encara su recta final con esa espinita de no haber comparecido en una final por el anillo. Una trayectoria, no obstante, adornada con dos MVP de la temporada regular (2005 y 2006) que hablan de un futuro miembro del Salón de la Fama, del mejor base de la década. Al margen del resultado de esta madrugada, haya séptimo duelo o no en Los Ángeles, Nash seguirá siendo el Terminator de la NBA hasta que el cuerpo (la máquina) aguante.

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