Omar es el nuevo ídolo oscense
La mano de Quique Hernández, otro viejo conocido de la afición almeriense que estuvo en el banquillo del Club de Fútbol poco después del Boquerón Esteban, ya se está dejando notar en el Huesca. El conjunto azulgrana ha dejado de ser el equipo flojo y timorato de la primera vuelta del campeonato y poco a poco va sacando la cabeza del pozo. De hecho, la sorprendente victoria ante el Elche en el Martínez Valero ha permitido a los oscenses coger trse puntos de ventaja sobre el descenso a Segunda B.
El Huesca se ha reforzado bien en este mercado invernal. Llamas llegó procedente del Leganés, se ha hecho con la titularidad en el lateral derecho y se ha ganado la renovación; el centrocampista Lázaro acaba de llegar procedente del Real Valladolid para cubrir la lesión de Bauzá; y, quizás el más sorprendente, Omar Ramos está demostrando el fútbol que tiene y que no salió a relucir en sus meses como rojiblanco. El tinerfeño, al que le costó coger el ritmo y tuvo un episodio nocturno que ya ha quedado en el olvido por suerte para él, es uno de los baluartes del equipo de Quique Hernández.
El técnico no podrá contar con el lesionado Bauzá, pero recupera a Rivas y Sastre. El centro del campo oscense, con la calidad de Jorge Larena y Rosas y el incombustible trabajo de Sastre, es la línea más completa. Arriba, Tariq es un peligro por alto.
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