Y Piatti marcó el penalti...

Un penalti marrado puede dar al traste con la confianza de un jugador durante varias jornadas. La pena máxima fallada por Pablo Piatti ante el Hércules para colmo terminó incidiendo en la eliminación final y el argentino está apenado desde entonces. Su compatriota Sergio Egea, segundo de Hugo Sánchez, demostró ayer tener buenas dotes de psicólogo al aprestarse en ofrecerle ayuda a su compatriota.

La anécdota sucedió durante el transcurso de un partidillo a medio campo entre defensores y atacantes. Piatti se internó por la banda izquierda y Juanma, que actuaba como lateral diestro, lo detuvo en falta dentro del área. Hugo, que hacía las veces de colegiado, dictaminó la pena máxima. David Rodríguez cogió el balón para lanzarlo y batió a Esteban, pero Sergio Egea, atento al lance desde la otra punta del terreno de juego, le ordenó a Piatti que lo repitiera.

Todos los presentes entendieron instantáneamente que la pretensión del técnico era espantar los fantasmas del pasado y el duende aceptó el reto. Puso el esférico a la altura de los once metros y la envió a la izquierda del portero, al mismo sitio que ante Unai Alba, pero esta vez sí marcó. Luego comentaba la escena con la prensa: "Es un poco para levantar la moral. Estoy triste porque en lo personal no es bonito fallar un penalti en una instancia tan importante, pero para poder mejorar hay que seguir trabajando".

Con el paso de los días va olvidando el episodio y admite que no le molestó que al poco de fallar Hugo lo sustituyera: "No, sobre todo lo que uno siente es bronca y un poco de sabor amargo por lo que pasó, pero es lógico. El equipo tenía que ir hacia adelante y uno estaba cansado, así que está bien el cambio".

La mejor terapia, en cualquier caso, pasa por intentar cuajar un buen partido en el Ono Estadi, donde podría actuar por la banda izquierda dada la ausencia por sanción de Albert Crusat: "Obviamente, sería una variante. En lo personal me encantaría y me gustaría desenvolverme por ese lado pero eso lo decidirá el míster".

El vestuario está al tanto de la impresionante racha que el Mallorca ha logrado establecer en su feudo (cinco triunfos como locales en otros tantos partidos) y la toman como un aliciente para romper las estadísticas: "Es un partido difícil porque vamos a un campo muy complicado ante un rival que se está haciendo bastante fuerte en la Liga y es un lindo reto para nosotros. Vamos a mantener la línea defensiva y jugar al contragolpe, que es letal para ellos". La receta es clara, ahora sólo falta que surta efecto.