Deportes

Rápidos como el viento

  • El pelotón más cuantioso de las cinco ediciones, con 250 ciclistas, rueda a gran velocidad por el Circuito de Almería

  • El poniente, que sopló con fuerza, hizo más exigente la carrera

Como no podía ser de otra manera, el viento hizo acto de aparición el día menos indicado. La quinta edición de la 12H. Trackman Cycling se disputó a lo largo del día de ayer con un fuerte poniente, que si bien no fue óbice para ver un gran espectáculo, sí que es verdad que obligó a hacer un esfuerzo extra al pelotón para tener una buena cadencia durante las horas que pasaron en el Circuito de Almería.

A las ocho y media de la mañana se dio la salida de la Trackman para las dos modalidades: la de seis horas, que acabó para la hora de comer, y la de doce que se extendió hasta que el sol se fue ocultando por el poniente. Durante todo este tiempo, los ciclistas hicieron las delicias del público asistente, que cada año aumenta, pues realmente resulta espectacular ver a los ciclistas rodar al máximo de sus fuerzas por una pista que normalmente ocupan las motos. Sin embargo, esta prueba tiene un carácter especial, que la hace más interesante que cualquiera. Estar a pie de pista y ver al pelotón rodar una y otra vez, atravesando la meta y dando relevos en los boxes, atrae el interés de todos los amantes del deporte d elas dos ruedas.

Mención aparte merece el circuito, en perfecto estado como en cada edición para el desarrollo de la competición. Sin duda, los equipos internacionales se fijan en esta prueba por las condiciones meteorológicas tan cálidas que tiene Almería y por rodar sobre un asfalto que está cuidado hasta el máximo detalle.

Además de la importancia que tiene ganar una competición tan dura como la Trackman, los vecendores sumaron puntos para la Copa de España de Ultrafondo que consta de tres pruebas y que se abrió en el día de ayer en Tabernas. Es un trofeo en el que prima la resistencia a nivel individual y una buena táctica colectiva, en la modalidad por parejas o equipos.

La jornada de ayer terminó con un esfuerzo enorme por parte de los ciclistas, que necesitaron de una buena hidratación y de pequeñas dosis de comida ligera para aguantar el sacrificio enorme sobre las dos ruedas. Pasado el mediodía se dieron los premios de las seis horas y al borde de las diez de la noche, cuando todos los ciclistas habían pasado la meta, se prodeció a la entrega para las doce horas. Satisfacción enorme y deseo de repetir nuevamente el año que viene.

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