UD ALMERÍA 2-1 CD MIRANDÉS | La Crónica

Sadiq desatasca al Almería ante un señor Mirandés (2-1)

  • El doblete del nigeriano no llegó hasta la segunda mitad ante un rival que vendió cara su derrota

  • La afición local, indignada con la dirección de seguridad por cambiar la ruta del autobús para el recibimiento que le había preparado al equipo

Sadiq celebra el 2-0 tras recibir un buen pase de Dyego Sousa

Sadiq celebra el 2-0 tras recibir un buen pase de Dyego Sousa / Javier Alonso (Almería)

"Esto solo pasa en Almería", le espetaba un aficionado a otro con dos palmos de narices tras quedarse compuesto y sin autobús que esperar en el recibimiento que con tanto cariño se había preparado a raíz de la comunión entre equipo y seguidores vivida hace una semana en Málaga. 

Los hinchas, no solo de colectivos juveniles, sino también padres con hijos ilusionados, se habían apostado en una de las avenidas que desemboca en la rotonda del acceso sur al Estadio, pero inexplicablemente el recorrido del autobús fue distinto al habitual por sugerencia de la dirección de seguridad, quizá al ver acumulación de bengalas en un sector. 

El club acató la decisión, pero no dejaba de mostrar su descontento e indignación internamente al comprobar el estupor de sus seguidores, que a pesar de los pesares a los pocos minutos, ya dentro del recinto, se arrancaban (bufandas al viento) con el himno a capella como ya ocurriera en La Rosaleda, pasando el choque ante el Mirandés a la historia al ser la primera vez que ocurría en el Juegos Mediterráneos de forma coral.

En el campo hubo poca historia que reseñar durante la primera mitad. Enfrente había un señor rival, al que no se le notó en demasía eso de ir cuarto por la cola. Muy al contrario, el conjunto burgalés del debutante Joseba Exteberria supo cortocircuitar la zona de creación rojiblanca. Oriol Rey y Víctor Meseguer se adueñaron de la medular eclipsando a Samu y Robertone, mientras De la Hoz se multiplicaba para tapar espacios haciendo coberturas.

Todavía en el primer cuarto de hora pudo atisbarse algo, pero la intensidad fue de más a menos. En los primeros compases la presión adelantada de los de Rubi, personalizada en la figura de Sadiq, provocó un buen robo de Portillo, cuyo centro al segundo palo era rematado por Ramazani con la zurda enviando el balón fuera, pero muy cerca de la escuadra. Minutos después, en una acción bastante parecida, el propio Portillo avanzaba por su banda para meter un pase al área a Ramazani y el belga asistía a su vez al segundo palo, donde Robertone mandaba su remate a las nubes con casi todo a su favor. 

El Mirandés controló bien el 'tempo' de juego, pero no inquietó en exceso los dominios de Fernando, que apenas tuvo que seguir con la mirada un disparo lejano de Vicente que buscaba la escuadra con la rosca sin llegar a encontrarla. 

La afición, con las bufandas al viento, coreó al unísono el himo a capella por primera vez en el Juegos Mediterráneos La afición, con las bufandas al viento, coreó al unísono el himo a capella por primera vez en el Juegos Mediterráneos

La afición, con las bufandas al viento, coreó al unísono el himo a capella por primera vez en el Juegos Mediterráneos / Javier Alonso (Almería)

En el segundo acto era necesario agitar el árbol para cambiar el escenario, pero de salida el guion siguió siendo muy parecido, con el Mirandés controlando el partido desde la sala de máquinas ante un Almería tal vez demasiado presionado a sí mismo por los resultados previos de sus principales perseguidores en la tabla: Valladolid y Tenerife. 

El partido avanzaba y los visitantes seguían sintiéndose bastante cómodos, con una peligrosa internada de Camello incluida, hasta que emergió la figura de Sadiq Umar para desatascarlo. Primero avisó metiendo la bota de forma apurada a un centro de Pozo peinado por Akieme que no encontró portería por poco. Después golpeó con un latigazo seco desde el balcón del área que sorprendía a Lizoain, dedicatoria incluida para Nieto, que tendrá que pasar 9 meses de travesía por el desierto.

En solo dos minutos el de Kaduna llevaba la tranquilidad a la grada definiendo con clase un robo de balón de Dyego Sousa, que acababa de saltar al campo y se mostraba como el más listo de la clase para interceptar un arriesgado pase de Lizoain a su defensa con la intención de iniciar jugada desde atrás. El brasileño (le hizo un triplete en la ida al cuadro jabato en apenas 50 minutos) tocaba para el africano, que esta vez tiraba de calidad para hacer el 2-0 tocando la bola sutilmente con la zurda. 

Con un Sousa desatado a nivel asistencial, resulta increíble el rendimiento que ofrece en los minutos que está sobre el campo el de Sao Luis, Arnau Puigmal rozó el 3-0 con un disparo repelido por el larguero, puede que demasiado castigo para los méritos contraídos por el Mirandés en el campo. 

Y del posible 3-0 se pasó al 2-1 final en el descuento con un penalti cometido por Pozo sobre Íñigo Vicente (curiosamente el sevillano también cometió pena máxima en Anduva). La pena máxima la lanzaba el propio Vicente, detenía Fernando, pero Camello estaba atento para marcar a puerta vacía un tanto que no inquietó porque justo después Gorostegui Fernández-Ortega pitaba el final del partido. 

El trabajado triunfo permite al Almería seguir la estela del Eibar y mantener distancias con los perseguidores, si bien deja las notas negativas de las lesiones de Robertone (se marchó llorando y apunta a que puede habérsele reproducido la lesión en la zona isquiotibial) y Chumi junto con la quinta amarilla para De la Hoz, que no podrá ser de la partida el próximo viernes ante el Fuenlabrada, de nuevo en el Juegos Mediterráneos. 

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