Socorristas por el día y futbolistas por la noche

Socorristas por el día y futbolistas por la noche
Socorristas por el día y futbolistas por la noche
Nico García

15 de julio 2013 - 05:02

Ángel Vizcaíno González, conocido en el mundo del fútbol como Vizca, y José Manuel García Muñoz, Chiqui, se mueven, sobre todo, por sus dos pasiones: el fútbol y el socorrismo. Ambos dan todo lo que tienen en el terreno de juego, pero también se buscan las habichuelas en la piscina. Defensas del CD Mojácar y socorristas del Hotel Puerto Marina de Mojácar, disfrutan como niños haciendo su labor en el agua durante el día y pegándole patadas al balón por la noche, cuando dejan de cuidar la piscina para unirse a los entrenamientos de su equipo.

Vizca -dos ascensos consecutivos a Andaluza, primero con el Oriente y segundo con el Mojácar- tiene 24 años y Chiqui, uno más, pero ambos acumulan tanta experiencia en la piscina como en el verde. A los 19 años ya tenían el carné para poder vigilar las piscinas mojaqueras. ¿Se parecen en algo las dos pasiones? "En que se viste de corto", responde Vizca; "que es al aire libre", dice Chiqui, entre risas. Bromas aparte, el socorrismo y el fútbol ha acentuado la gran amistad entre ambos. En los múltiples viajes entre sus casas, el hotel y el feudo mojaquero, ambos comparten gastos de gasolina en una peculiar economía de guerra.

Amigos, pero con distintas opiniones. Mientras que Vizca, el lateral derecho del equipo, considera que una jornada en la piscina es más difícil que un partido, Chiqui, central, piensa lo contrario. "Un día de socorrista es más duro, ya que, aunque estés en la playa o en la piscina y te pones moreno, al fin y al cabo, es un trabajo", afirma Vizca. Chiqui le rersponde: "El fútbol es más cansado, ya que son 90 minutos de tensión y mucho sacrificio. La recompensa económica en la piscina es bastante mayor".

La complicidad entre ambos es patente. "El rival en el fútbol te tiene más respeto que un niño en la piscina, ya que los defensas siempre somos duros. En el agua te ven como un amigo", asegura Chiqui, mientras su amigo hace un gesto de no aprobación a la afirmación del central sobre la dureza en el terreno de juego. En lo que sí están de acuerdo ambos es en el momento más complicado en la larga jornada laboral. "Recoger más de 150 hamacas al final del día. Es una situación dura", afirman.

Claro, aunque las normas sean las normas, la profesión se lleva por dentro, así que ambos permiten jugar al fútbol en la piscina. Así lo cuenta Vizca: "Soy un socorrista comprensible [su compañero se ríe] y, aunque no se puede, debido a que está prohibido, yo dejo jugar al fútbol en la piscina, siempre que la gente se comporte". Chiqui también es flexible: "A veces nos entran ganas de jugar con los niños a la pelota, pero tenemos que mantener un régimen. Mientras no peguen pelotazos y jueguen de manera moderada, encantado".

Ahora, en verano, pueden disfrutar de sus dos pasiones, algo que, eso sí, no es fácil. "Es duro compaginar la pretemporada con el trabajo de socorrista. Después de una jornada dura, nos toca entrenar por la noche. El día es completo, no puedes quedar con los amigos", comenta Chiqui. Eso sí, si disfrutan de lo que le gusta, el resto da igual.

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