El TAD les devuelve los puntos
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Es cautelar y lo esperado del ente dependiente del CSD Ahora falta la resolución del TAS en Lausana
Las aguas poco a poco vuelven a su cauce, pero siguen bajando revueltas en relación al denominado 'caso Jakobsen'. Ayer el club conocía que el Tribunal Administrativo del Deporte (TAD), organismo dependiente del Consejo Superior de Deportes (CSD), le devolvía de manera cautelar los tres puntos restados a instancias de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) en aplicación de una resolución de la FIFA.
La decisión definitiva, no obstante, la tendrá el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS), con sede en Lausana (Suiza) y que en teoría va a tratar el asunto en una reunión el próximo miércoles 20 de mayo, aunque en su lista oficial de audiencias colgada en su página web aún no aparezca el contencioso de marras.
La decisión adoptada por el TAD alivia de algún modo la situación de incertidumbre que vive la entidad rojiblanca, pero hay que recalcar su carácter cautelar hasta el pronunciamiento final del TAS. Solo entonces el organismo español se pronunciará sobre el fondo del caso Jakobsen, originado tras la denuncia de impago del Aalborg danés por el mecanismo de solidaridad del jugador cuando fue traspasado al Copenhague, una cantidad irrisoria satisfecha fuera de plazo por los rojiblancos, una minucia de 4.500 euros en intereses de demora que los tiene sumidos en este berenjenal.
Alfonso García puso el asunto en manos de Juan de Dios Crespo, el abogado de mayor prestigio en España en temas de arbitraje deportivo, que está haciendo todo lo posible para que el club salga indemne de un atolladero en el que, para colmo, se ha visto inmerso en el fuego cruzado entre Federación y Liga a cuenta del real decreto para la venta centralizada de los derechos de televisión.
Todo el embrollo que al final ha derivado en la anunciada huelga convocada por el sindicato de futbolistas (AFE) al calor de la Federación, tiene sus ramificaciones y ésta afecta de lleno a los intereses del Almería, tomado como cabeza de turco para que Villar pueda presionar en FIFA y UEFA con la amenaza de excluir a los equipos españoles de disputar competiciones europeas.
Todo ello ante la perplejidad de los aficionados, que no acaban de entender que un organismo que en teoría debe velar por los intereses de los clubes españoles sea el que está actuando como voz acusadora y brazo ejecutor.
Y en medio de todo este lío, la figura de Alfonso García, que varios meses después de que saliera a la palestra este escándalo en el que la entidad que preside está siendo usada como saco de boxeo, sigue sin anunciar su dimisión irrevocable como miembro de la Junta Directiva de la Federación Española.
Un asunto administrativo con muchas aristas que al final puede afectar gravemente a la clasificación deportiva del equipo. El TAS, para bien o para mal, dirá.
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