Unicaja Almería hizo sus deberes en los dos partidos en el Moisés Ruiz para dejar muy a su favor la eliminatoria de semifinales del play off de la Superliga Masculina, en cuyo global mandan los verdes por 2-0 tras vencer también ayer a un CV Ibiza que no dejó buenas sensaciones en el segundo asalto sobre la cancha andaluza, donde cayó 3-0.

Saltó el cuadro ibicenco a la cancha almeriense con la lección bien aprendida del día anterior, donde dejó escaparse a los locales con un 2-0 en un duelo que finalmente se decidiría en el tie break (3-2). Así, hubo una gran alternancia en los puntos durante prácticamente todo el primer set, donde se llegó 12-11 al primer tiempo técnico, alcanzando el cuadro ahorrador su máxima ventaja en el 19-16, aprovechando los errores de su oponente, que hicieron sumar a los de Berenguel nada menos que 14 puntos en esta manga. Con 23-21 llegó a ponerse Unicaja, pero los decisivos saques del dominicano Tapia dieron muchos problemas en recepción a los locales, que finalmente se llevaron el set por 35-33 tras un disputadísimo tramo final.

Tomó la iniciativa en el comienzo de la segunda manga el equipo de Piero Molducci, que se marchó con una ventaja de tres puntos (2-5), pero de nuevo sus propios errores le pasaron factura. Los almerienses se pusieron por delante por primera vez en el 9-8 y pusieron tierra de por medio en el 12-8. Aprovechó muy bien sus oportunidades Unicaja, que cada vez se mostraba más efectivo. Molducci agotó sus tiempos muertos cuando el luminoso mostraba un 16-11 favorable para los de casa que no gustaba nada al italiano. Pero la tendencia no cambió, los ahorradores se dispararon en el marcador con un 21-12. Estaban triturando los verdes en saque a su oponente y se llevaron también el segundo set por un marcador de 25-15, con más comodidad.

Unicaja se puso 2-0, como en el partido del viernes que tuvo que ir al tie break. De nuevo llegaba una tercera manga psicológica para los de Berenguel. Pero puso la directa el cuadro ahorrador, que llevó la iniciativa ante un Ibiza al que ya le pesaban las piernas y, quizás, también la mente. Molducci volvía a pedir tiempo muerto con el 8-2. Los pitiusos estaban en un momento muy delicado. Con un 20-12, tras una consecución de errores que estaban lastrando las esperanzas de los ibicencos, todo se encaminaba para un triunfo ahorrador por la vía rápida. Y así fue, 25-17 para hacer el 3-0.