"Somos un grupo de amigos que hicimos el cuartel de Los Bandoleros para darle mayor colorido a esta fiesta y al gran desfile, aunque antes habíamos participado en Kábilas moras porque todos nos sentimos parte de la fiesta de Moros y Cristianos. Menos el primer año, porque estaba estudiando en Murcia, he desfilado en todos los demás. Esto empezó con una Kábila y ya tenemos siete entre cuarteles cristianos y kábilas moras. El pueblo se nos ha quedado pequeño para esto, aquí no hay vencedores ni vencidos. Participamos toda la familia; los críos, desde que nacen, se inscriben en la kábila o el cuartel donde está la familia".

Lo explica de tal manera que parece de lo más normal pertenecer a un cuartel o a una kábila. Y, en efecto, lo es. Al menos, en Mojácar. Cuanto más brillo, más esplendor se pueda aportar a un desfile, mejor; para ello, se trabaja todo el año. Diego, una vez finalizado su horario laboral en el Ayuntamiento de Mojácar, al tajo de las Fiestas de Moros y Cristianos. "Nosotros somos bandoleros de monte. Habíamos participado en otras kábilas moras, luego se han ido dividiendo por darle más colorido a la fiesta y un grupo de amigos nos dijimos de dar una pincelada más con los trajes de bandoleros. Llegar a cumplir los 25 años de las fiestas de Moros y Cristianos ha significado mucho trabajo, es una fiesta que cada día va a más". Y lo que le queda por delante.

Nacida en Angola, de nacionalidad portuguesa, reside en Mojácar destede hace 18 años. Participa en el desfile con su escuela de danza, dándole el toque oriental con la danza del vientre. No hay representación, fiesta, espectáculo o cualquier otro tipo de evento con toques árabes, orientales, exóticos, en los que no haya lugara para Fátima Perestrello y sus alumnas de la escuela de danza que dirige.

"La danza del vientre se asocia generalmente con el erotismo y puede serlo, pero lo que se ignora es el beneficio que procura a la salud física y psíquica. Se trabajan unos músculos que favorecen a la mujer en el parto y post parto, por ejemplo. También es muy beneficioso para la retención de orina".

Fátima aporta al Desfile de Moros y Cristianos la vistosidad de sus vestidos, "es el momento de vivir otra piel, de encarnar la cultura oriental. La música transporta, da alegría, esto es lo que junto con mis alumnas transmitimos a los espectadores del Desfile". A medida que se escucha la música y se acerca Fátima con su danza, los pies no pueden para quietos. Se sigue el ritmo que marca la percusión, sólo falta el traje.

Fátima Perestrello repite sin cansancio que "escuchar la música y ponerse el traje de danza es como vivir otra piel, tener otras sensaciones". Al paso de su grupo de danza, los aplausos se hacen imparables mientras ellas mueven sus cuerpos con la gracia y sensibilidad que tan sólo una artista de su categoría es capaz de transmitir. La Danza de Fátima es el movimiento ondulante del Desfile, el que le da el punto de exotismo oriental lleno de colorido y de brillantez. Un año más, Fátima, el 25 aniversario.