Vencer al cáncer y volver al tenis: la 'segunda vida' de Hutchins
Ross Hutchins nació hace 28 años en Wimbledon, por lo que no sorprende que se gane la vida como tenista. Lo asombroso en su caso es que haya vuelto a serlo después de vencer un cáncer que, tras un diagnóstico tardío, se diseminó por buena parte de su cuerpo.
"Fueron unos 12 meses extraños para mí. No lo recuerdo del todo claro, son tantas las cosas que sucedieron...", dijo el británico, ausente del circuito durante todo 2013. ayer, junto a su compatriota y amigo Colin Fleming, logró su primera victoria en el circuito desde 2012: un 4-6, 6-4 y 6-0 para alcanzar la tercera ronda del Abierto de Australia.
Sonriente y bronceado, Hutchins está muy lejos del joven de 28 años con las venas negras en su brazo izquierdo de tantos pinchazos recibidos. Intentaba proteger lo más posible el derecho, su herramienta de trabajo, pero al final debió ceder y dejar que la jeringa también se clavara allí.
Todo comenzó en abril de 2012 durante una serie de Copa Davis en Bélgica. La espalda le dolía a Hutchins, pero no terminaba de encontrar la razón. Vio a varios fisioterapeutas hasta que el séptimo, durante un campo de entrenamiento en España, le recomendó regresar a su país de inmediato. Podía tener un tumor, le dijo. O piedras en los riñones.
Tras varios chequeos, uno reveló ganglios inflamados y la posterior biopsia, cáncer de pecho. Aquello fue el 27 de diciembre de 2012, pero las cosas empeorarían. El cáncer se había extendido al bazo, la espalda y las piernas. No a la médula espinal, para alivio de los médicos, aunque las sesiones de quimioterapia eran urgentes.
Hutchins, que esperaba que 2013 fuera "su" año en el tenis tras haber llegado a los cuartos de final en Wimbledon y el US Open junto a Collins, se encontró de repente luchando por su vida. El 1 de enero de 2013 fue su primera sesiónde quimioterapia. Un año después ganaba un partido de dobles en Austalia. Un año de diferencia, pero un mundo de distancia.
"Soy otro jugador ahora", aseguró al New York Times. "Quiero ser una bestia competitiva, implacable. Cuando pierdes un año no rejuveneces", aseguró. El caso de Hutchins recuerda al del argentino Lucas Arnold Kerr. Un cáncer de testículo lo forzó a retirarse. Luego volvería y ganaría partidos, pero nunca más vio la vida y el tenis como antes. Hutchins quiere ser ahora uno más: "No quiero que la gente sienta pena por mí. Como hace una semana, cuando perdimos en la primera ronda de Auckland y (el francés Jeremy) Chardy le decía a su entrenador que se sentía mal por haberme derrotado. Eso no es lo que quiero".
También te puede interesar
Lo último