Un alma noble que se hace eterna

"Mi padre fue de esas personas que el mundo merece conocer. Tenía un corazón tan grande que podía querer a dos equipos a la vez, a su Oriente y a su Viator. Uno no muere nunca si la gente lo recuerda". Este fue parte del mensaje que sonó por la megafonía de la Ciudad Deportiva de Los Ángeles cuando la selección de jugadores orientales y los veteranos viatoreños formaban sobre el terreno de juego, alineados, frente a la grada, con la mirada perdida, hipnotizados por los recuerdos. Palabras cargadas de emoción y tristeza, pero sobre todo de orgullo, pronunciadas con una desgarradora sinceridad por Tania, hija de Pepe Asensio, al que ayer se rindió un emotivo homenaje por parte de los dos clubes que le hicieron ser un amante del fútbol y una persona que dejó sus huellas de bondad en cada campo por el que pasó, tanto de jugador como de delegado. Ayer, todos ellos quisieron dejar claro a los familiares de Pepe que su Pepico siempre estará con ellos y tuvieron un bonito detalle antes de empezar el partido con su viuda, Amalia López, y su hijo, Arturo, que recibieron varias camisetas en memoria de su padre y el cartel, enmarcado, que anunciaba este homenaje que tuvo lugar sobre el mismo césped sobre el que Pepe Asensio celebró victorias y sufrió con las derrotas, en ese mismo terreno de juego en el que forjó amistades que nunca le olvidarán y harán su figura eterna.