Dos almerienses, clave en el bronce de España en el Mundial sub-19

España se colgó la medalla de bronce en el Campeonato del Mundo sub-19 al derrotar a Irán en un apasionante duelo por el tercer y cuarto puesto. El marcador final fue de 3-2 a favor del combinado español, con parciales de 23-25, 25-23, 15-25, 25-21 y 15-10. Un combinado nacional en el que había representación almeriense con la presencia del central José Joaquín Cañadas Reina y el receptor Mario García Domínguez, ambos del CD Mintonette. Por su parte, el colocador Jesús Ríos Amador también forma parte del equipo de la provincia.

Tras ceder el primer set por 23-25, los jóvenes españoles reaccionaron con carácter para nivelar la contienda 25-23 en el segundo acto. Sin embargo, Irán volvió a tomar ventaja en el tercer set con un contundente 15-25. La selección no perdió la fe ni el impulso: en el cuarto set desplegó su mejor versión para empatar 25-21 y forzar el decisivo quinto parcial. Ya en el tiebreak, la concentración y la presión ejercida por España rindieron frutos, cerrando el triunfo con un sólido 15-10 que desató la euforia nacional.

Un hito histórico para el deporte español que tuvo su inicio en una fase de grupos en la que el primer rival fue, precisamente, la selección de Irán. Con el mismo desenlace, España consiguió una apretada victoria por 2-3 (22-25, 25-20, 23-25, 25-21, 12-15) y cerró este primer tramo del campeonato con un parcial de 4-1 tras superar a Polonia, Egipto y Túnez y solo caer derrotada ante Italia.

Un soñado camino para España

En los octavos de final, la selección masculina sub-19 derrotó a Argentina en tres sets (25-22/25-23/27-25) en un choque marcado por el acierto español en los compases finales de cada parcial y donde resultaron claves los 26 puntos de César Irache. En la siguiente ronda, el equipo dirigido por Fredinson Mosquera tuvo que tirar de épica para remontar dos sets en contra y hacerse con la victoria en el desempate ante Bulgaria (24-26/19-25/25-17/25-17/15-8).

Catorce años después, España disputó las semifinales del Campeonato del Mundo. Sin embargo, Polonia fue el verdugo del equipo nacional. Desde el inicio, los polacos impusieron un ritmo altísimo desde el saque y el bloqueo, desbaratando las opciones ofensivas españolas. El equipo español, que se había ganado el corazón de los aficionados gracias a su espíritu de lucha durante todo el campeonato, sufrió para conectar su juego habitual. la Sub-19 perdió, pero todavía quedaba la lucha por el bronce, que finalmente se consiguió.

A lo largo del campeonato, el equipo demostró consistencia, pasión y resiliencia: desde las primeras fases hasta las eliminatorias, los jóvenes españoles mostraron una evolución constante, superando retos deportivos y mentales. El liderazgo del equipo técnico, la implicación de cada jugador en defensa y ataque, y la solvencia en momentos críticos fueron claves para alcanzar este sonado éxito. España se despide de Uzbekistán con el orgullo intacto y una nueva generación de talento que confirma el buen estado de salud del voleibol juvenil nacional.