Diego Alves ha internacionalizado un poco más aún la marca Unión Deportiva Almería. De Pekín se ha traído el buen sabor de boca de una medalla de bronce y el regusto amargo de no haber participado en ningún encuentro de los Juegos, pues el seleccionador Dunga optó por el valencianista Renan.

"No pasa nada porque he disfrutado de la situación y aunque quería jugar no puedo contestar la decisión del míster. Para mí ha sido una buena experiencia que llevaré conmigo toda la vida. Esta medalla voy a guardarla en mi casa y mostrarla a mis hijos porque es muy difícil de conseguir y es algo fantástico tenerla", admitía ayer el guardameta tras el entrenamiento a la vez que sostenía la presea de bronce, premio que tuvo la deferencia de acercar hasta el vestuario.

En Lorca disputó su único partido amistoso de la pretemporada, pero en su charla con Arconada le dejó claro al entrenador que llegaba en condiciones de jugar desde el principio: "Hablé con él un poco y me preguntó si llegaba bien físicamente y con ganas. Yo le dije que sí y ahora es el momento de demostrar que puedo jugar. Esteban está bien pero yo tengo ganas de jugar porque llevo dos años sin vacaciones y me he preparado mucho. El mister decidirá si juego o no".

El jugador admite que estuvo pendiente de lo que hacía su equipo a través de Internet y se muestra contento de haber abierto las puertas del fútbol español a compatriotas como su compañero Renan, nuevo fichaje del Valencia: "Le dije que jugar en España era diferente porque se hace mucho con los pies y más adelantado. Creo que por la confianza que me dio Unai y mi buena temporada se han abierto las puertas de España a los porteros brasileños. Que jugara él fue una decisión de Dunga, pero eso fue en las Olimpiadas y ahora estamos en Almería". Diego regresa con fuerza.