Del caos a la euforia (1-0)
UD Almería - Getafe · la crónica
El Almería reacciona en la segunda mitad con un gol de cabeza de Jonathan tras recibir un baño del Getafe en la primera parte. El árbitro anula un gol legal del azulón Míchel en el 20'.
En diez veces que se repitiera el duelo Almería-Getafe, los locales solo lo ganarían ayer, cuando tuvieron de su parte a la Virgen del Mar, a un inspirado Esteban bajo palos y a un árbitro que le anuló un gol legal a los visitantes.
Pero fútbol es fútbol como solía decir Boskov y la balanza se decantó de lado rojiblanco pese a recibir uno de los mayores baños de juego de la temporada durante una primera mitad que fue un canto a la zozobra y la anarquía táctica.
Salvando los diez primeros minutos de tanteo, en los que incluso pudo adelantarse el Getafe por medio de Sarabia en una comprometida cesión de Tébar a Esteban que abortó el meta asturiano achicando portería, el Almería deambuló perdido por el terreno de juego.
El centro del campo unionista fue una caricatura, un continuo perseguir sombras ante las buenas triangulaciones entre Míchel, Mosquera, Sarabia, Diego Castro y Pedro León. Impotente para sacar el balón jugado ante la forzosa ausencia de Verza, el Almería abusó del pelotazo en largo de sus defensores y de los cambios de orientación sin ningún sentido.
El caos era tal que en más de una ocasión los encargados de intentar sacar el balón jugado fueron los centrales, ora Trujillo, ora Torsiglieri, al no haber nadie que bajara a recibir y prestara sus servicios para llevar el esférico hasta el área contraria con un mínimo de cordura.
No es exagerado asegurar que 40 de los 45 primeros minutos se jugaron en los 50 metros de campo unionista, y las pocas veces que llegaba a la zona de finalización se encontraba con apenas cuatro atacantes contra ocho zagueros azulones, lo que da una buena muestra del gran trabajo sin balón del equipo de Luis García.
A esas alturas de partido el técnico del conjunto madrileño se desgañitaba porque pese al dominio abrumador, su equipo no encontraba el camino del gol. Lo hizo Míchel a los 20 minutos, batiendo a Esteban por debajo de las piernas, pero Prieto Iglesias anulaba la acción al señalar un fuera de juego inexistente.
Luego sería Diego Castro quien, con todo a su favor dentro del área, disparaba manso para facilitar la estirada de Esteban. Y a cinco minutos para el final del primer tiempo el central Rafa se topaba con el larguero con un cabezazo tras un saque de esquina.
La llegada del descanso fue lo mejor que pudo pasarle a un Almería más perdido que el Soldado Ryan, donde se echó en falta que Francisco leyera mejor el partido moviendo el banquillo si quiera para espabilar a los que había dentro o para dar entrada a Corona y garantizarse, cuando menos, mayor posesión del esférico.
Ni una ni otra cosa hizo el técnico local, que acabaría ganando el encuentro desde el inmovilismo, gracias a una acción a balón parado. Fue al poco de regresar de vestuarios en un saque de esquina sacado con buena rosca por parte de Suso al que Jonathan atacó con fe superando a su marcador y cabeceando casi de espaldas para batir a Moyá después de tocar en el larguero.
Del caos se pasó a la euforia y el Almería tuvo unos minutos contra las cuerdas al Getafe en acciones de contragolpe al aprovechar que los azulones descompusieron sus líneas de forma momentáena, pero al poco supieron recomponerse para buscar la igualada, aunque ya sin la misma convicción, confiándolo todo a la pericia de Pedro León a balón parado.
En la recta final el marcador pudo incluso ampliarse, pero Aleix no estuvo inspirado en la definición, primero en una contra conducida por Soriano en la que optó por asistir en lugar de rematar y en el descuento al disparar al muñeco con la portería vacía. Con todo, tres puntos a la buchaca y fuera del descenso.
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