La ceja enarcada de Carlo Ancelotti
Venía desde atrás, como un purasangre desbocado. Y ya está en cabeza. Carlo Ancelotti está ahormando su Real Madrid sin alharacas, sin el ruido mediático de José Mourinho o de Pep Guardiola. Pero quizá eso sea uno de los secretos para que el coloso blanco sea hoy el líder de la Liga BBVA, veinte meses después de que lo fuera... con Mourinho en aquella única Liga que alzaron los merengues bajo el mando plenipotenciario del portugués.
El Real Madrid se hizo grande de verdad, en aquel fútbol en sepia, bajo la dirección de entrenadores de perfil discreto -José Villalonga, Miguel Muñoz...-, que cedían el protagonismo a los jugadorazos, por una parte, y a la arrebatadora personalidad del gran muñidor de todo, Santiago Bernabéu.
En época más reciente, esa misma tónica reportó al gran club de Concha Espina el brillo que más nubla su vista, el de la plata de la Champions. Heynckes, que se fue tal como conquistó la Séptima, el propio Del Bosque, al que Florentino abrió la puerta de salida porque no daba el perfil de excelencia que el presidente exigía para todo lo que oliese a Real Madrid. Pero lo cierto es que el designado por la FIFA como Mejor Club del Siglo XX no vuelve a levantar la copa de las grandes orejas desde que se fue Del Bosque.
Otro caso similar, el de Manuel Pellegrini. El entorno hizo insoportable la permanencia del reservado entrenador chileno en el banquillo madridista. El alcorconazo lo terminó de condenar, pero ese entorno no lo veía con el "perfil" idóneo para llevar un portaaviones como el blanco. Y Pellegrini se fue con el mayor porcentaje de victorias ligueras de un entrenador en la historia del club, un 81,56% gracias a sus 31 triunfos en la Liga 2009-10.
La perspectiva del tiempo es irrebatible. Pellegrini, que no era guay en su día, hoy lo es porque se ha investido del glamour de la Premier. Ya voló al sol que más calienta, que en fútbol, paradójicamente, no es el español, es el inglés de la Premier. Ancelotti, como Del Bosque o Pellegrini, no es uno de esos entrenadores con un aura especial para focalizarlo todo, hasta la presión, como sucede con Guardiola, Mourinho, Wenger, Ferguson.
Al italiano no le gusta tanto el protagonismo. Según dicen, saca su verdadera personalidad de puertas para dentro. Protestó por la sanción a Cristiano, hasta ahí podíamos llegar. Pero... ¿qué hubiera montado Mou con esos tres partidos de suspensión? Aún estarían temblando los cimientos del Comité de Competición.
Pero al Madrid, después de los tres años atosigantes bajo el mando imperial de Mourinho, le ha venido bien esta descompresión. Y también le ha venido de perlas el desgaste que han sufrido Barcelona y Atlético en esa carrera codo con codo de la primera vuelta.
Hoy, el Real Madrid se siente fortalecido mentalmente. Primero, por sus propias prestaciones: 22 puntos de los últimos 24 en juego. No pierde desde que lo hiciera en el clásico del Camp Nou, en la jornada décima. Segundo, porque ha visto que sin Cristiano, su pegada no es la misma, pero también es fabulosa: ha ganado sin la estrella sus últimos tres partidos. Y tercero, porque brotan goteras sobre las cabezas de Simeone y Martino. El Barça, por cierto, sí que triunfó de verdad con entrenadores que reclamaban para sí los focos: Cruyff, Guardiola...
También te puede interesar
Lo último