kick boxing campeonato del mundo UND iska

Un club de pequeños campeones

  • El Gimnasio Budokán cuenta en sus salas con Carlos Gutiérrez y Sara Fassi, que se han traído de Kiev un oro y una plata

  • Entrenan con varios peleadores más de gran nivel nacional

El humilde gimnasio de barrio Budokán vuelve a coronar a dos de sus luchadores. Entre sus cuatro paredes blancas, sólo se respira el sacrificado aroma de las artes marciales. Como en las buhardillas de los gym de Nueva York, donde se forjan los cinturones de campeón de los pesos pesados de boxeo, merced a horas y horas de dedicación ante un apolillado punching ball.

Los pupilos de Francisco Flores viven su deporte con la misma intensidad y pasión, aunque tienen el mérito añadido de que no son profesionales y tienen que compaginar la exigencia física de los entrenamientos y competiciones, con las duras jornadas de trabajo o estudio. El entrenador tiene claro que lo primero es lo primero y como muestra un botón: Carlos, coronado en el Mundial de Kiev, estuvo cerca de no ir al mismo por un pequeño bache con los libros. Sin embargo, se apretó los guantes e hincó los codos para mejorar ostensiblemente sus notas desde que en su sala de estudio luce la copa de campeón del mundo UND ISKA Amateur.

El joven Carlos, de sólo 14 años, se subió a lo más alto del podium con el chándal de la selección española y el espíritu de los competidores del Budokán. Mismo sentimiento que su compañera Sara, diez años mayor que él, que se quedó a las puertas del oro, pero una inoportuna lesión lo impidió. "Los dos hicieron un campeonato increíble, se enfrentaron a grandes luchadores ucranianos, alemanes, mongoles, chinos... Carlos sólo había combatido en tatami y allí lo hizo en ring perfectamente, Sara compitió por encima de su peso y aún se plantó en la final. Pero se resbaló en un combate y se hizo daño en la rodilla, por lo que decidimos no pelear, lo primero es la integridad física", narra todavía emocionado Francisco Flores, que tuvo la suerte de estar junto a sus dos pupilos al ir como entrenaor de la selección: "Para mí fue muy emocionante, nunca había vivido una competición así y encima la organización en Ucrania fue perfecta".

Una vez que la adrenalina les ha bajado a los tres, vuelve el día a día en el colegio, en la empresa y sobre la pequeña lona de entrenamiento. "Ellos entrenan aquí en el Budokán y en el King Sport tres días a la semana y luego tienen otro dos de preparación física. Tiene mucho valor cómo se lo toman, pues se levantan a las seis de la mañana para realizar sus ejercicios físicos, además de la alimentación controlada que llevan para evitar pasarse de peso", finaliza Francisco Flores, mientras observa la cantera de pupilos a los que prepara y en los que confía de cara a futuros campeonatos.

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