cristina sánchez. torero

"Yo nunca he competido con el hombre, sino con el toro, que también ha sido mi aliado"

  • Durante cuatro años participó en una media de 60 corridas, matando a toros de más de 600 kilos de peso Actualmente es comentarista taurina y ha montado una empresa de moda

Sus comienzos fueron en la Escuela Taurina de Madrid y entre los más de 200 alumnos sólo había otras cuatro mujeres. Empezó a colocarse en el pelotón de los primeros aspirantes a ser torero por su esfuerzo y porque demostraba sus capacidades. Afirma que Julio Robles y Curro Vázquez son los toreros que más le inspiraron. Mató toros de más de 600 kilos durante cuatro años, a una media de más de 60 corridas por año. Se convirtió en todo un foco mediático por su condición de mujer y llegaron a ofrecerle mucho dinero para que diera los nombres de los toreros que rechazaban torear junto a una mujer, pero nunca lo hizo para, precisamente, ganarse el respeto de sus compañeros de profesión y del público taurino.

El miércoles fue la protagonista de la primera jornada del curso y tiene muy claro cuál es el objetivo de este tipo de acciones formativas sobre la tauromaquia

Se trata de hablar de toros de una manera moderna para 'enganchar al cliente'. Los que ya están inmersos en el mundo del toro, de una cierta edad, lo tienen muy claro y saben a qué van a una plaza de toros y qué van a ver allí dentro. Pero los jóvenes y estudiantes, por lo que leen y conocen, quizás no nos ven de una manera positiva. Y este tipo de cursos sirven para atraer a más aficionados.

¿Qué tipo de conocimientos ha querido transmitir a los que han asistido a esta jornada?

Yo quiero transmitir los valores que el mundo del toreo da para luego tenerlos presentes en cualquier faceta de la vida. Al final, la constancia, la dedicación, el esfuerzo, el sacrificio; todos esos valores, que parecen tan denostados hoy en día, te van a servir durante toda tu vida. Pienso que eso es muy importante para contar. Que no se trata sólo de matar un animal en la plaza de toros después de haber hecho una buena faena. Hay mucho más que contar de una manera didáctica, en un lenguaje más cercano a la gente jóven de hoy; para no espantar al que quiere acercarse al mundo del toro.

Habla de atraer a los nuevos aficionados de una manera más atractiva, más moderna. ¿Cree que los jóvenes están respondiendo a esa llamada y se están acercando más al mundo del toreo?

Yo soy optimista y creo que la gente joven quiere saber de toros. Unos se irán y otros se quedarán, igual que ha pasado toda la vida. Lo que tenemos que hacer es utilizar las nuevas formas de comunicación social para llegar a otro tipo de gente. Te voy a poner un ejemplo. Manzanares es un torero joven, con un lenguaje muy bueno tanto dentro como fuera de la plaza. Además es un torero artista, tiene muchísima capacidad, que sale en las mejores revistas de moda. Y eso es lo que buscan los más jóvenes: modelos a seguir. Y tenemos que aprovechar esas nuevas plataformas para dar a conocer la tauromaquia y que los niños de 10 años quieran ser ese torero al que todo el mundo admira. No se trata de vulgarizarse, sino modernizarse. El mundo del toro debe quitarse esa caspa que aún pervive y modernizarse. Y lo estamos consiguiendo poco a poco, porque no se hace de la noche a la mañana.

Pero todavía hay quienes defienden a capa y espada la tradición más rancia que envuelve al mundo del toreo y a todos los actores que participan de él

Hay muchos detractores que dan mucha caña, diciendo que eso no puede ser, que están acabando con el toreo, que el toreo tiene una liturgia que no se puede cambiar. Yo estoy de acuerdo con que el toreo tiene una liturgia que hay que respetar, pero a partir de ahí tienes que estar en la sociedad, en el entorno de la realidad actual. Yo no puedo hablar como los toreros de hace cien años porque yo tengo otra visión más moderna y actual de la tauromaquia.

Como se suele decir, usted se cortó la coleta hace tiempo. Pero, ¿sigue matando el gusanillo de ponerse delante de un toro de vez en cuando?

Esto es una forma de vida, algo que te sale del alma y que lo necesitas; así que sigo toreando en el campo. Y luego, aunque no es lo mismo, me encanta dar charlas en las universidades y contar todo lo que me ha dado el mundo del toro. Sobre todo me ha enseñado a que hay que luchar mucho para lograr los sueños. A mí me dijeron muchas veces que yo no podría ser torero y lo logré con esfuerzo y tesón.

Usted fue una mujer torero muy mediática porque en su época no había más mujeres en ese escalafón taurino. ¿Cómo ve la presencia de la mujer actualmente en la tauromaquia?

Ha evolucionado muchísimo. Lo que pasa es que aquí no hay que predicar, sino hacer. Quejarse no conduce a nada si crees que te lo están poniendo muy difícil. Hay que trabajar día a día para mejorar y ganarse el sitio en un mundo donde muchos lo intentan y muy pocos lo logran. Yo no creo en los sexos, yo creo en las personas. Yo, como mujer, logré superar las metas que me iba marcando. Y si ahora otra mujer lo consigue los demás tendrán que callarse. Pero es que esta profesión es muy difícil, tanto para hombres como para mujeres. Llegar a la élite de cualquier profesión está reservado para muy pocos y el toreo no es una excepción. Hay miles de hombres y mujeres que quieren llegar a ser un buen matador de toros y muy pocos lo consiguen. Esta profesión exige renunciar a muchas cosas y creo que muchas mujeres no están dispuestas a hacerlo.

Pero si a las dificultades propias de la profesión le añades el rechazo de una parte de los hombres, habrá muchas mujeres que arrojen la toalla y no lo intenten tanto como quizás usted lo hizo?

Mi mayor aliado ha sido el toro y yo no he tenido que competir con el hombre. Yo he competido con el toro. Porque a fuerza, el toro gana tanto al hombre como a la mujer. Y el toro no estaba contaminado, ni tenía prejuicios, ni sabía si era un hombre o una mujer. Yo, gracias a tener como aliado al toro, logré cosas que luego el hombre me ha intentado quitar. Por eso digo que la mujer que quiera ha de demostrarlo y es posible hacerlo. Los hombres también se vetan entre ellos a la hora de torear con unos o con otros. Al final se trata de la capacidad de supervivencia dentro del mundo del toro. Aquí lo importante es demostrarlo.

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