El CTA interpreta la realidad para ajustarla al reglamento en el Valladolid-Almería
UD ALMERÍA
Indignación en el seno de la entidad rojiblanca al publicar la RFEF la valoración de las dos jugadas polémicas en el José Zorrilla
El club considera además que el 3-1 viene precedido de fuera de juego de Biuk, que recibe el balón de un despeje forzado de Dzodic
Rubi dispondrá ante el Sporting por primera vez de todo su arsenal
Con la llegada del gallego Francisco Soto al frente del Comité Técnico de Árbitros el pasado mes de julio parecía que entraba aire fresco a un organismo que llevaba tiempo oliendo a rancio, intoxicado hasta la médula por el 'caso Negreira'. De su mano se llevó al almeriense David Fernández Borbalán, flamante director técnico del propio CTA. Prometieron abrir las ventanas y mayor transparencia, pero de poco sirve mostrar vídeos con una interpretación sesgada de la realidad para ajustarla al reglamento de forma maniquea.
La introducción sirve para poner sobre la mesa la indignación que se ha desatado entre la masa social de la Unión Deportiva Almería, pero también de su cúpula directiva, tras la publicación por parte de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) del programa 'Tiempo de Revisión', en el que diseccionan las jugadas más polémicas de la jornada tanto en Primera como en Segunda División. Y el duelo Valladolid-Almería ha sido uno de los tristes protagonistas por las acciones que significaron anularle un tanto a Bonini y luego conceder un penalti favorable al conjunto local por manos del central italiano.
Una amable voz femenina desentreña con tono paternalista lo que el CTA considera que es ley en ambos lances. En el primero justifica lo ya consabido, que anulan el gol de Bonini (pudo haber significado el empate a uno antes del descanso) porque Gui partía de fuera de juego posicional e interfiere en la jugada haciéndole pantalla a un rival, impidiendo que pudiera defender el remate del italiano. Nada comenta de que la obstrucción es insignificante (el contacto es consustancial al fútbol, esto no es basket) y que ningún rival de hecho protestó, pero reglamentariamente puede asumirse.
Lo que resulta del todo inasumible es la delirante explicación del penalti concedido al cuadro vallisoletano, que a la postre supondría el 2-1: “Salta con el brazo en alto en una posición antinatural y asumiendo el riesgo de que el balón pudiera impactar en él. Impide que el rival pueda rematar. El defensor ve en todo momento la trayectoria y tiene capacidad de decisión sobre cómo saltar a por él”. Esto es una clara interpretación sesgada de la realidad.
En primer lugar es imposible que un futbolista salte sin alzar los brazos para tomar impulso, en segundo término no impide el remate de ningún rival pues Peter Federico apenas tenía opción de hacerlo, ya que junto a Bonini estaban sus compañeros Aridane y Álex Muñoz, con quienes choca en el salto. En tercera instancia es improbable que Bonini pueda ver la trayectoria del esférico porque incluso hay un momento que cierra los ojos, como puede verse en las imágenes. Lo de que tenga capacidad de decisión sobre cómo saltar a por él ya suena a chiste.
Pero eso no es todo. El club está muy disgustado porque consideran que en la acción del 3-1 Biuk parte en fuera de juego. Las imágenes mostradas durante la retransmisión no permiten asegurarlo a ciencia cierta porque ninguna toma lo muestra, pero en el club disponen de vídeos de cámaras técnicas en las que sí se aprecia. El gol acaba firmándolo Maroto, pero en el centro inicial de Biuk dirigido a Latasa, el croata estaría en posición ilegal, ya que aunque recibe de Dzodic, el serbio despeja con la testa "exigido" por un contrario. Todo deriva en el gol de Maroto. Hay que recordar que dicha norma de la cesión de un rival cambió tras un polémico tanto de Francia a España en una final de Liga de Naciones.
Entre la directiva indálica consideran que llueve sobre mojado, particularmente cuando el cántabro López Toca se pone al frente del VAR, de ahí que Rubi comentase en la rueda de prensa postpartido que se sentían "maltratados". No es una circunstancia sobrevenida, sino que ya el curso pasado el Almería estuvo en la diana arbitral con polémicas decisiones que en la mayoría de las ocasiones siempre cayeron en contra. La agónica forma de pedir "respeto" del técnico luso José Gomes tras la visita a Leganés en marzo de 2021 parece haber caído en saco roto.
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