fútbol Segunda andaluza de benjamines

Un desgraciado lance del juego

  • La escalofriante lesión de Álvaro hace pensar si en la cantera no se inculca una competitividad desmedida

  • Padres, técnicos y árbitros deben ser ejemplares

El ser humano no aprende hasta que no se tropieza dos o tres veces con la misma piedra. Y aún así, sigue llevándose sustos por no apartarla. El mundo del fútbol, además, es proclive a repetir sus propios errores una vez tras otra. Cuando no es una pelea entre jugadores o familiares, es el árbitro el causante de todos los males. Hasta que los entrenadores y los padres no entiendan que el balón es la excusa perfecta para practicar deporte y éste tiene una serie de valores, que no se encuentran en los millones de euros que se cobran en la Liga de Fútbol Profesional, en los campos de cantera se verán escenas tan desgarradoras como la del pequeño Álvaro.

El joven y habilidoso jugador del Club Natación tuvo la mala suerte de estar ahí. El destino ha querido que la fractura de su tibia y su peroné hagan reflexionar a la gente de la cantera española: ¿no nos estamos aprovechando de la inocencia de los más pequeños para crear unas máquinas demasiado competitivas cuando está el balón por medio? A buen seguro que si Álvaro y el jugador del Vera que lo lesionó hubiesen estado jugando en el patio del colegio, como toda la vida, nada de eso hubiera pasado.

Sin embargo, el contexto les marca. Cualquiera que haya jugado sabe que cuando uno se sube las medias y se calza las botas, la adrenalina le sale a borbotones por los poros de la piel. Si a todo esto se encuentran con entrenadores que no les frenan en sus emociones y con padres que los alteran más todavía a base de voces, el caldo de cultivo está hecho para que ocurran este tipo de acciones, con lesiones tan graves.

Las imágenes del pequeño futbolista almeriense rabiando de dolor sobre el césped artificial de Las Viñas, no debe de servir para cebarse con el jugador rival, por poco deseable que fuese su comportamiento, sino que debe de servir para hacer una profunda reflexión desde la Federación Española de Fútbol hasta el último utillero del club más humilde. En el fútbol hay lesiones, por desgracia, porque es un deporte de contacto, pero no debe consentirse que los menores se crean algo que no son: profesionales. Ante todo, lo primero es la recuperación del joven Álvaro.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios