EL ACTA DE VIVANCOS

Las diferencias entre Primera y Segunda

  • Los campeones de la categoría de plata están preparados para el salto a la élite, magnificada por demasiados aficionados

  • La AD Almería se mantuvo con jugadores provenientes de Tercera

Portillo ha disputado 188 encuentros en Primera, además de catorce en competiciones europeas, Champions incluida

Portillo ha disputado 188 encuentros en Primera, además de catorce en competiciones europeas, Champions incluida / D.A. (Almería)

Parece que fue ayer, pero ya vamos camino de los dos meses desde aquel pitido final en Leganés que significó el ascenso a Primera más importante de la historia del fútbol almeriense. La presión añadida por la inversión de Turki, junto al prometedor proyecto en sí, liberó sobremanera a toda la plantilla y a un cuerpo técnico que estalló de alegría al término del choque. Con aquellas imágenes todavía en la retina, gran parte de los protagonistas de esa noche tan decisiva ya se están ejercitando de cara a la nueva campaña.

Son numerosas las opiniones de los seguidores rojiblancos en torno al nivel que podría ofrecer este o aquel jugador en la máxima categoría, pero sí que parece mayoritaria la postura que defiende la necesidad de fichar jugadores para Primera, como si los puntales de los vigentes campeones de Segunda no estuvieran preparados para dar el salto de categoría.

De hecho, la historia nos demuestra que las diferencias entre la parte baja de Primera y la parte alta de Segunda son mínimas. Cádiz, Elche, Rayo o Mallorca son ejemplos de permanencia en Primera en las últimas temporadas sin revolución alguna en sus plantillas con respecto a las que lograron ascender. Concretamente el Rayo, con un plantel similar al de su ascenso como sexto clasificado hace un año, ha estado rozando puestos europeos durante toda la campaña anterior, y uno de sus puntales en defensa fue el exrojiblanco Balliu.

Ahí tuvimos una prueba de un lateral conocido por estos lares que más de uno en su momento pudo dudar de su rendimiento en Primera, una categoría quizá magnificada por demasiados aficionados. El mismo Mallorca, con el que luchó la UDA por alcanzar los puestos de ascenso directo hace bien poco, también conservó su base de jugadores consiguiendo una permanencia, eso sí, sufrida. Hace décadas la AD Almería se mantuvo con solvencia en Primera, incluyendo la imbatibilidad en el Franco Navarro, con jugadores provenientes de Tercera.

Y el ejemplo más certero y próximo fue cuando la UDA de Unai Emery ascendió. Nadie podía imaginar el rendimiento de Bruno, Carlos García, Acasiete, Mané, Cisma, Crusat o Kalu Uche en Primera. Sin embargo, con tan solo un par de buenos retoques, Negredo y Melo, aquel conjunto debutó en Riazor goleando; incluso con un pequeño esfuerzo, que al final no se hizo, se podrían haber alcanzado los puestos europeos. Entonces, ¿por qué ese equipo de Unai, que ni siquiera quedó campeón en Segunda División, pudo pasearse por Primera como Pedro por su casa, victoria incluida ante el Real Madrid?

Por lo expuesto con anterioridad, porque las diferencias no son tan abismales como pensamos, y jugadores como Babic, Arnau, Ramazani y Sadiq, no sólo están preparados para mantenerse en la máxima categoría, sino para destacar en ella. Con la buena base que ya se tiene, con las incorporaciones de perlas prometedoras y con la rúbrica final de cuatro o cinco jugadores de reconocido nivel, se estará atando la permanencia en un porcentaje muy elevado para la campaña que comienza y también para las próximas.

Siempre habrá cinco equipos que, a duras penas, lucharán con sus limitaciones por no bajar. Es más fácil mantenerse en Primera que ascender en Segunda. Para lo primero hay ser el menos malo, para lo segundo hay que ser muy bueno y ganar muchos encuentros. Menos mal que se salió de ahí, de la categoría de plata, no porque la Segunda fuera una división sin alicientes, sino porque el proyecto de Turki mecería lo que se nos avecina, un sueño hecho realidad.

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