El dopaje en el deporte popular
Desconocimiento. Sin ser consciente, el deportista puede tomar sustancias prohibidas para tratar alguna dolencia Riesgo. El organismo puede sufrir consecuencias irreversibles
LO que faltaba. Ya nos nos libramos de las trampas, ni siquiera, en el deporte popular. Ya saltó la liebre en una prueba de 10 km en Salamanca el día 28 de diciembre pasado. Los organizadores anunciaron a bombo y platillo antes de la salida, que los cinco primeros clasificados, tanto en categoría masculina y femenina, así como los portadores de otros diez dorsales más escogidos al azar serían sometidos a un control 'antidoping'.
Lo que podía haber pasado desapercibido entre los miles de participantes o convertirse en una mera anécdota acabó teniendo consecuencias completamente inesperadas. Y es que varios participantes acudieron al stand de los responsables de la carrera, que reparte 1.200 euros en premios, para protestar airadamente por esta decisión y algunos de ellos decidieron no participar.
Cada semana hay alguna prueba donde se realizan controles antidoping y se detecte un positivo; hablamos de pruebas amateur. Bien es cierto que, en algunos casos, el propio desconocimiento por parte del deportista popular, puede hacer que tome sustancias prohibidas sin ser consciente de ello, para tratar alguna dolencia. Es el caso de Silvia Miralles. El pasado mes de octubre, cuando se disputaba la quinta y última prueba de la Copa de España de Carreras por Montaña en línea, la Haría Extreme, disputada en Lanzarote. Allí acudía Silvia Miralles y que acabó en primer lugar. La organización informó a Miralles que debía ser sometida a un control antidoping a través de una muestra de orina. Se confirmó la presencia de Terbutalina, una sustancia con capacidad broncodilatadora. La sustancia proviene de un jarabe que se comercializa con el nombre de Terbasmin y que tiene a la Terbutalina como uno de sus principios activos. La propia Miralles, farmacéutica de profesión, este jarabe es típicamente "usado en bronquitis y afecciones de las vías respiratorias". Seguramente no fue consciente de ello hasta que recibió la notificación del positivo. Tampoco es la terbutalina una sustancia que de forma aislada provoque un incremento en el rendimiento.
El tema es, ¿por qué alguien que tiene un trabajo y usa el deporte popular como hobbie, se dopa?
La respuesta será la de siempre, vanidad. Queremos ser los más rápidos de mi club de running, o los más fuertes entre el grupo de Whassap de mi club de triatlon o el que más kilos levanta en el gimnasio al que voy. La gente que lo hace no se da cuenta de los riesgos que corre, de lo artificial de las marcas conseguidas y de la posibilidad de sufrir consecuencias irreversibles para el organismo. La lucha contra el dopaje es para proteger al deportista, evitando la exposición a productos no saludables con el objeto de aumentar el rendimiento deportivo.
La aparición y extensión del doping se debe, en gran medida, factores externos y ajenos a la propia esencia y principios del deporte. La automedicación que es cada día más frecuente en nuestra sociedad, la presión que se ejerce sobre el deportista para correr más rápido, saltar más alto y llegar más lejos por parte de la sociedad y medios de comunicación, los sporsors y casas comerciales e incluso el programa de becas del Comité Olímpico Español que van asociadas a resultados.
Mediante el dopaje se persigue desde aumentar la masa muscular y la resistencia a la fatiga incrementando la capacidad cardíaca y pulmonar hasta reducir las situaciones de estrés, frustración y ansiedad que genera la competición o estimularse. Es una práctica más propia del deportista profesional pero, últimamente hay un incremento en el uso de esta práctica entre deportistas amateurs con la esperanza de evolucionar de forma rápida para obtener resultados favorables y dar el salto al campo profesional.
En resumen, el doping se utiliza para obtener el triunfo o intentar conseguirlo con un menor esfuerzo, aumentando el rendimiento de forma artificial.
Sustancias prohibidas
Las siguientes clases de sustancias están prohibidas por el Comité Olímpico Internacional (COI):
-Estimulantes como la cafeína.
-Narcóticos, tranquilizantes y ansiolíticos.
-Fármacos betabloqueantes cardíacos: mejoran el rendimiento disminuyendo la frecuencia cardíaca para resistir mejor el esfuerzo máximo.
-Diuréticos para eliminar líquidos y conseguir bajar de peso de forma rápida.
-Esteroides anabolizantes: ha sido el fármaco estrella hasta hace bien poco, ya que se ha puesto mucho énfasis en su detección. Son los que producen un mayor efecto a nivel de la masa muscular, aumentando su volumen y resistencia debido a la retención de líquidos que provocan. Sin embargo, su uso no está exento de complicaciones a nivel del organismo como problemas hepáticos, desajustes hormonales, impotencia, tumores entre otras complicaciones.
-Otras hormonas como la hormona de crecimiento e incluso la propia insulina. Ambas son anabilizantes, es decir, aumentan el metabolismo en general.
-Drogas como la cocaína o la marihuana.
-Otra práctica dopante muy extendida últimamente son las autotransfusiones. Esta práctica consiste en extraerse una cantidad determinada de sangre, normalmente alrededor de 400 cm3, dejarla almacenada en un frigorífico y volver a infundirla en los momentos donde la competición lo exija, como antes de un partido o una etapa clave. No deja rastro pero hay un índice indirecto que puede demostrar que un deporstista se ha dopado de esta manera. Es con el cálculo del hematocrito; consiste en medir el número de hematíes o células que transportan el oxígeno. El porcentaje de hematocrito sea entorno al 35%. Se considera doping cuando la tasa de hematocrito en sangre se encuentra por encima del 50%. Esto quiere decir que ha habido un aporte extra de sangre y por eso hay ese porcentaje tan alto. El hecho de que haya demasiadas "células rojas" que son las que trnasportan el oxígeno es porque el rendimiento es superior y la fatiga menor. Sin embargo, como riesgo potencialmente asociados se encuentran la posibilidad de sufrir una trombosis o una embolia a nivel pulmonar o cerebral.
Un efecto parecido al que se consigue con la autotransfusión es la inyección de eritropoyetina, conocida como EPO. Es la hormona que, cuando se activa, facilita la formación de células transportadoras de oxígeno, con lo que ello supone para el organismo.
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