¿Dónde están las estrellas?
Domracheva, con tres oros, aspirante inesperada al trono invernal de Sochi
Shaun White, Evgeni Plushenko, Ole Einar Bjorndalen o Aksel Lund Svindal: los Juegos Olímpicos presentaban un cartel con abundantes candidatos a convertirse en la gran estrella del invierno, pero Sochi 2014 se adentra en su recta final con el trono aún vacante. Golpes, alergias, retiros y lesiones derribaron, uno a uno, a los deportistas que más expectativas generaban en el público y la prensa internacional.
Pocos esperaban, en cambio, que sea la bielorrusa Darya Domracheva la que se lleve las mayores distinciones cuando faltan cinco días para que terminen las dos semanas de competencias. Apenas tenía un bronce en su historial olímpico, pero la biatleta de 27 años se destapó en Sochi con tres oros en pruebas individuales.
"Es increíble estar aquí, siempre soñé con ser una campeona olímpica. Pero ganar tres...", celebró la bielorrusa, que supera los dos oros del francés Martin Fourcade, también biatleta, del suizo Dario Cologna, de esquí de fondo, y de la esquiadora alpina eslovena Tina Maze.
Todos ellos son, salvo tal vez Maze, nombres con mucha menor peso específico que el de figuras como el snowboarder estadounidense White, el patinador ruso Plushenko, el biatleta noruego Bjorndalen o el esquiador noruego Svindal.
Tanto Plushenko como Bjorndalen pudieron celebrar un oro en Sochi, pero por diversas razones sus actuaciones se fueron diluyendo. El veterano patinador artístico ruso brilló en la victoria de Rusia en la competición por equipos, pero pocos días después sorprendió al anunciar su retiro tras lesionarse en el calentamiento previo a la final del individual masculino. "Es el final de mi carrera. Quiero estar sano", dijo el doble campeón olímpico de 31 años, que dejó completamente helado a todo un país.
También fue de mayor a menor lo de Bjorndalen, que comenzó los Juegos a toda orquesta al conquistar el oro en el sprint. El noruego de 40 años quedó a un paso de superar la marca de su compatriota Bjorn Daehlie como el deportista olímpico invernal más laureado, pero en ninguna de las tres pruebas en las que volvió a competir pudo subirse al podio. Sólo le queda una última oportunidad, hoy en los relevos mixtos.
White, el rey del snowboard, vivió unos Juegos de pesadilla. El estadounidense provocó la primera gran decepción al renunciar al estreno olímpico del slopestlye por un golpe en la muñeca, lo que le valió duras críticas de sus colegas. "Shaun sabe que no puede ganar en el slopestyle, por eso renunció. ¡Estaba asustado!", lo acusó vía Twitter el canadiense Maxence Parrot.
Svindal llegaba a Sochi como la gran figura del esquí alpino de las últimas temporadas, sólo opacado por el regreso del veterano estadounidense Bode Miller. El noruego no pudo subirse al podio ni una sola vez y se tuvo que ir de Sochi por una alergia. "Vine a estos Juegos Olímpicos como favorito a dos oros. Hice lo mejor, pero no fui lo suficientemente bueno. No fueron mis Juegos", escribió en Facebook.
El trono del esquí tampoco tiene una dominadora clara entre las mujeres. La alemana Maria Höfl-Riesch partía como una de las figuras tras la lesión de la estadounidense Lindsey Vonn y comenzó amenazante con el oro en la supercombinada. Pero ya no volvió a ganar más carreras -fue plata en el supergigante- y ayer debió renunciar al eslalon gigante por un estado gripal. Doble campeón olímpico en Vancouver, el noruego Petter Northug era otra de las figuras en el esquí de fondo que tampoco ha brillado.
También te puede interesar