El fútbol de África, ante un despegue que nunca aparece

M. Rossmann (Dpa) Brasilia

02 de julio 2014 - 05:02

Argelia y Nigeria presentaron una digna batalla ante dos potencias en octavos de final, pero el balance del fútbol africano en el Mundial de Brasil dejó una vez más sabor a poco.

Las cálidas temperaturas, la humedad, el sufrimiento de los europeos y la exigencia física que demanda Brasil 2014 hacían presagiar un Mundial favorable para el "continente negro". Pero el resultado final fue que ninguno de los cinco equipos logró llegar a los cuartos.

Desde la irrupción de Camerún en Italia 1990 cuando alcanzó los cuartos de final, los equipos africanos siempre fueron considerados una amenaza latente.

Pero esa promesa sólo se cumplió a cuentagotas, y apenas Senegal, en 2002, y Ghana, en 2010, pudieron volver a meterse entre los ocho mejores. Las semifinales, en cambio, siguen siendo una barrera infranqueable.

La gran actuación de nigerianos y argelinos no alcanzó a tapar los conflictos internos, los actos de indisciplina, los boicots a entrenamientos y las peleas por los premios que dominaron el paso del fútbol africano por Brasil.

"El sistema en África es diferente que en Europa", argumentó el seleccionador de Ghana, Kwesi Appiah. "Deben entender, venimos de diferentes regiones".

La actuación africana también se vio ensombrecida por las sospechas que salpicaron a Camerún, que está siendo investigada por su propia federación tras las acusaciones de manipulación en la derrota por 4-0 ante Croacia. Un final sombrío para un continente que llegaba con ilusión, pero que deberá esperar hasta 2018.

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